Contaron a PRIMERA EDICIÓN que cuando dejaron de circular colectivos y se vio impedida su actividad callejera, “empezamos a agotar nuestros recursos económicos, viendo un lugar donde pasar la cuarentena. Por Facebook nos contactó un muchacho de Garupá que nos ofrecía un pedazo de su terreno, pero pasamos momentos bastante feos con los vecinos, hasta que un viernes a las 2 de la mañana nos corrieron a machetazos, así que nos fuimos a la avenida, hasta la gasolinera de Piedras Blancas, y nos quedamos esperando a ver si pasaba la Policía para contarle la situación. Justo apareció un oficial de apellido Valbuena que nos ofreció este lugar”, donde llevan más de tres semanas.
“La idea es volver a Buenos Aires, pero ya no tenemos dinero”, dijeron. Se sostienen gracias a la comida del Ministerio de Desarrollo Social que reparte el Ejército y “tres o cuatro veces salimos a recorrer el centro de Garupá, intercambiando artesanías por mercadería”.
Además, como en el lugar donde acampan hay varios frutales, también aprovechan para comer de ahí. “Por suerte la naturaleza de Misiones da mucho”, sentenció Juan Nicolás Vílchez.