El programa “El Aire de las Misiones”, por la FM 89.3 Santa María de las Misiones, se comunicó con el doctor Gerardo Laube, médico infectólogo del Hospital Muñiz de Buenos Aires, director de Posgrado en la especialidad en la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló y un profesional de consulta permanente de medios nacionales e internacionales, para conocer más acerca de cómo viene la lucha contra el coronavirus en el país.
Así, al ser consultado acerca de cómo analiza esta nueva fase de la cuarentena “focalizada”, Laube indicó que, como la palabra lo manifiesta, “irá cambiando de acuerdo a cada jurisdicción, en función de la cantidad de casos en las últimas semanas en cada una de las regiones del país”.
“Lógicamente, como la situación puede llegar a ser más preocupante en aquellas ciudades de más de 500 mil habitantes, es donde se hace poco foco en la restricción de la cuarentena. Mientras que aquellas ciudades que son de alguna manera más controlables, desde el punto de vista de la circulación viral, se posibilitará que las autoridades sanitarias puedan, de alguna manera, aumentar la circulación de las personas“, se explayó.
Las salidas transitorias
Acerca de las posibles salidas de esparcimiento que propuso el Presidente Alberto Fernández el último fin de semana, medida que Misiones no implementará, Laube mencionó que “es un riego cuando uno ve lo que ha pasado en España, donde no se cumple en absoluto el distanciamiento social ni el uso de barbijo”.
“Siempre tenemos que recordar y tener presente que el virus pasa de una persona a la otra, con lo cual, la principal medida es el distanciamiento social, evitar el acercamiento y todo lo que significa la protección como barrera mecánica que hace al uso de barbijos o tapa bocas”.
“Es necesario que se cree como un hábito en toda la población y en todas las personas que salen. Cumplidas esas premisas, y lógicamente con toda la cautela que implica, se podrá por lo menos ir liberando de esa cuarentena estricta a algo más focalizado o regionalizado. Es una posibilidad que en algún momento se va a tener que plantear en la medida que esa curva esté realmente baja y que no tengamos duplicación de casos en un periodo inferior a 15 días”, explicó.
El uso del transporte público
Los medios de transporte público significan para muchas personas su única manera de movilizarse, pero estos representa a su vez un riesgo de contagio, al tratarse de ámbitos cerrados en el cual es imposible lograr un distanciamiento preventivo.
“No es posible mantener un distanciamiento cuando hay un transporte público de poca frecuencia, donde cada vez que llegue algún micro tenga pasajeros en su interior, ahí obviamente la definición de distanciamiento social no se va a lograr. Lo que precisamente se trata de incentivar es que viajen pocos pasajeros, que mantengan el distanciamiento, porque está la posibilidad de que se pueda producir alguna fuente o algún factor de contagio”
En ese sentido, el infectólogo dejó algunas recomendaciones para cuando se viaje en transporte público. “El uso de barbijos y al llegar al destino el lavado de manos y, eventualmente, sacarse la campera o primera ropa con la que uno está en el exterior y dejarla en la puerta de su casa”.
“Pero fundamentalmente la cobertura de protección del tapabocas, el lavado estricto y rutinario de las manos, son las dos medidas que conjuntamente al distanciamiento social, logran que el virus no pase de una persona a otra”, enfatizó.
Una cuestión de tiempos
Según explicó Laube, la curva de contagios se sigue aplanando de buena manera en el país. Pero aunque esto continúe así, es muy difícil precisar una fecha en que se pueda hablar de una situación superada.
“La medicina, lamentablemente, no tiene fechas. Si bien podemos tener algún modelo matemático, no tenemos certezas. Uno puede fijarse que el mismo ministro -Ginés González García-, primero manifestaba en sus posibles cálculos que el pico de contagios podía llegar en la primera quincena abril, después se trasladó a lo último, después a mayo y ahora está hablando de junio”, dijo.
“Son todas proyecciones epidemiológicas matemáticas, pero como tales no son de certeza absoluta. Lo que queremos justamente, mientras estamos logrando este aplanamiento de la curva, es que todos los días se vaya comunicando los casos, preparar a todo sistema de salud”, añadió.
El dato más duro que se tiene en este contexto, explicó Laube, es la cantidad de internados que hay en terapias intensivas. “Las terapias intensivas no tiene en este momento un porcentaje de personas internadas que supere el 50%, con lo cual significa que estamos bien comparado con lo que uno ve en otros países, incluso europeos, que con buenos sistemas de salud, las terapias realmente se han visto superados en su capacidad”
De todas maneras, el doctor indicó que “en algún momento vamos a volver a la normalidad. Lo que no se puede es pronosticar el tiempo en la cual esa normalidad va a reaparecer”.
“Seguramente, durante cierto tiempo no seremos los mismos en cuanto a mantener el distanciamiento social, en tratar de reducir la cantidad de personas en distintos espectáculos, o en las aulas, todos eso llevará su tiempo. Así, como se tuvo que implementar rápidamente la cuarentena, volver a la normalidad va a llevar su tiempo, y lógicamente estaremos supeditados a una medicación que sea la adecuada, la correcta y la efectiva para lo que es el tratamiento, y obviamente a la posibilidad de una vacuna que sea totalmente preventiva”.
Sobre la aparición de una posible vacuna, resaltó que “lógicamente llevará cierto tiempo, ninguna vacuna se va a desarrollar tan rápidamente. Se requiere de todos los protocolos previos de seguridad, de eficacia, de eficiencia, de respuesta de anticuerpos”.
Los test rápidos
La semana pasada se empezaron a implementar los denominados ‘test rápidos’ en las estaciones de trenes en Buenas Aires. Acerca de estos, Laube explicó que “sirven para detectar la presencia de anticuerpos, es decir para detectar si un individuo estuvo realmente en contacto con el virus o no”
“Para que den positivos, el individuo tuvo haber estado en contacto con el virus. Éste pudo haber tenido, o no, manifestaciones clínicas, ya que en muchos casos pueden tener muy pocas manifestaciones. A partir de los 7 o 10 días de haberse producido el contacto, se generan anticuerpos”, continuó.
Esos anticuerpos dan la certeza de que el individuo estuvo en contacto, y “mientras persistan los anticuerpos, uno sabe que el individuo tiene defensa y lógicamente tiene protección. Lo que todavía no sabemos es el tiempo de permanencia de sus anticuerpos que se llegaron a ser detectados en los individuos”
Preguntas comunes
Para cerrar el diálogo, Laube respondió a dos de las preguntas más comunes respecto a la protección frente al virus.
Una de ellas se enfoca en si el COVID-19 puede contagiarse a través del aire, a lo que el médico destacó que el virus no puede mantenerse por mucho tiempo en el aire, aunque si puede hacerlo en algunas superficies durante bastante tiempo.
Es por ello que hacen tanto hincapié en la prevención del contacto físico, el lavado de las manos, y en la desinfección de las superficies. “Es un virus muy sensible a los detergentes, y algo tan simple como la lavandina, incluso diluida en muy pocas gotas o mililitros, puede ser suficiente para limpiar y depurar la presencia viral”
“La permanencia del virus en el aire es realmente muy muy escasa en tiempo, razón por la cual nos preocupa lo que es contacto, es decir, la presencia de la partícula en superficies”.
Por último, resaltó que el uso de guantes como medida de protección genera una falsa medida de protección, porque el virus puede permanecer en el guante.
“Genera esa falsa sensación de seguridad, porque si ese guante se lo llevan a la cara o a los ojos, puede ser perfectamente un vehículo contagio. Con lo cual, lógicamente, el guante debe ser higienizado así cómo hay que lavarse las manos”, cerró.