El camino que hasta hace algunos años parecía imposible, hoy comienza a abrirse. La primera prueba de ello fue Enzo Gabriel Zárate (23), el primer misionero en llegar al futsal de Buenos Aires tras varios años de ausencias, en febrero último. Y el segundo no tardó en hacerse realidad: Agustín Martínez (24) se transformó en el nuevo representante de la tierra colorada, casualmente también en Racing Club de Avellaneda.
La noticia terminó de confirmarse en marzo y el posadeño ya estuvo en Buenos Aires con la celeste y blanca bien puesta, más allá de la pandemia de coronavirus que obligó a suspender los entrenamientos y regresar a casa. El sueño se hizo realidad. Y por duplicado.
Ambos tienen ilusiones y desafíos. Pero también, como la punta de lanza en la que se transformaron, un objetivo bien claro. “Queremos abrir las puertas del futsal de Buenos Aires para todos los pibes de allá, para que todos puedan cumplir este sueño que estamos viviendo”, confió a EL DEPORTIVO el propio Agustín, quien juega de ala-base, ya debutó en Reserva y ahora espera por su oportunidad en Primera División. A soñar.
Agustín (foto), estabas jugando en Plastimi de Posadas y, de repente, llegaste a Racing. ¿Cómo fue?
Bueno, estoy acá por medio de Franco Malfitano. Él hizo los contactos y se me dio. Miraron algunos videos y tenían referencias, principalmente del que era director técnico de Boca Juniors, Cristian Meloni, que ahora es mánager. Sucede que cuando jugamos los torneos nacionales, siempre nos tocaba contra Boca. Entonces le preguntaron a él y dijo que andaba bien. Fue más o menos parecido a lo que le pasó a Enzo. Me escribieron y fue todo muy rápido.
¿Cómo fue el momento en que te llegó ese mensaje?
Yo estaba en Villa Urquiza, con mi novia, y de la nada me llegó un mensaje de WhatsApp de Nacho Santos, de Racing. Se presentó y me preguntó si quería jugar con ellos. Y no lo dudé ni un segundo, dije que sí enseguida. Venir a jugar acá en Primera División es el sueño de todos. Estar acá es un gran paso. Fue algo tremendo, estoy contentísimo, como varios me dijeron, esto es el sueño del pibe. Tuve posibilidades cuando tenía 18 o 19 años, pero no se dio. Y que se me dé a los 24… Es increíble. Todo acá es diferente en cuanto al profesionalismo.
¿Cuándo llegaste a Buenos Aires?
Llegué en los primeros días de marzo. Y estuve viviendo en el departamento con Enzo y un jugador que vino de Brasil. Acá en Posadas, donde volvimos justo antes de que se cierren las rutas por la pandemia, no tuvimos posibilidad de compartir equipo, jugábamos en contra, pero más allá de todo siempre hubo buena onda, amistad. Y allá en Buenos Aires estamos espalda con espalda. Sin dudas es diferente estar con alguien que conocés, eso te ayuda mucho, porque si me iba solo, no sé si iba a poder aguantar. Vivir a dos metros del Cilindro de Avellaneda es algo increíble.
¿Te imaginabas esta oportunidad a los 24 años?
No, para nada, menos con esta edad, pero el futsal tiene estas cosas. Esa es la diferencia con el fútbol de campo, donde si pasás los 20 años y no tenés club, chau. En el futsal, con 28 o 29 años te podés ir a Europa. Ahora me queda aprovechar esto y cumplir el sueño, crecer en lo económico y ayudar a mi familia.
¿Qué sentís al ser el segundo misionero en el club?
Todo esto es un sueño, también representar a nuestra provincia. Y es una responsabilidad también, porque con Enzo hablamos y sabemos que tenemos que dejar a la provincia en lo más alto. Y también, tenemos que abrir las puertas para que se vea en Buenos Aires el futsal del interior. ¿Cuántas promesas y cracks hay allá en Misiones y no tienen la posibilidad de ser vistos? ¿Cuántos pasan jugando allá y no se les da esta oportunidad? Eso es lo que buscamos. Queremos abrir las puertas del futsal de Buenos Aires para todos los pibes de Misiones, para que todos puedan cumplir este sueño que estamos viviendo.
¿Ya debutaste en La Academia?
Sí, hasta ahora jugué en Reserva, en cancha de Alvear, contra Camioneros. Ganamos 8-2 y por suerte pude hacer goles. Ese fue el punto cúlmine de todo esto. Ahora me falta el debut en Primera. Por ahora no manejo todavía bien las jugadas que tiran, porque es todo nuevo, pero Enzo me ayudó mucho, así que trato de seguir sus consejos. Ahora queda esperar a que todo esto pase para volver allá y darle con todo.
¿Cómo es la vida como jugador profesional?
Lo primero es que los entrenamientos son súper intensos. Entrenamos dos horas y media todos los días. Empezamos con gimnasio y después en la cancha. Mucha intensidad. Y además tenemos todo un gabinete de apoyo, con psicólogo, kinesiólogo, nutricionista, etc. Hasta utilero tenemos. Y antes de jugar me hicieron control de sangre y de orina, porque si no está todo bien, no podés jugar. Y comíamos en el club, pero además nos dan un monto para comprar comida en el supermercado cada tres días, además del departamento y un sueldo. Pasamos de ser amateurs a profesionales.
¿Y el Mundo Racing?
Ya fui a la cancha de Primera, al Cilindro. Es un estadio hermoso. Y en el comedor, donde almorzamos, suelen estar también los jugadores de Primera de fútbol de campo. Todavía no tuve la suerte de cruzarme con alguno, pero Enzo ya tiene fotos con Iván Pillud y otros tantos.
¿Cuál es tu sueño ahora?
El primer gran paso ya está hecho, así que ahora la meta es jugar en Primera División y tratar de hacer bien las cosas, así el día de mañana puedo irme afuera. Mi sueño es jugar en Europa y vivir del fútbol de salón, para ayudar así a mis viejos y a mis hermanas.
“Les dije que Agus es un verdadero crack”
Enzo Zárate (foto) abrió el camino de los misioneros en Racing. Y algo tuvo que ver también con la llegada de Agustín. “Nacho Santos, coordinador del futsal de Racing, me llamó y me preguntó por Agustín. Le dije que tenía que traerlo, es un crack”, sintetizó a EL DEPOR Enzo, quien ya debutó en la Primera de La Acadé.
“La convivencia es mejor con alguien que ya conocés. Y si es de tus pagos, mucho más fácil”, explicó el player posadeño, quien resumió además sus anécdotas con los jugadores de Primera de fútbol: “Compartimos el almuerzo en el club con Pillud y Beccacece, son humildes, sencillos”, cerró.