En medio de la cuarentena por coronavirus y ante la escasez de cigarrillos de industria nacional en la plaza local, el contrabando de esta mercadería tuvo un inusitado aumento en las últimas semanas. Fue así que ayer a la madrugada, la Policía provincial secuestró una camioneta cargada con gruesas de cigarrillos y detuvo a dos jóvenes por el hecho.
Aproximadamente a las 5.40 una patrulla realizaba recorridas de prevención. Al dirigirse por la avenida 115 Lucas Braulio Areco en dirección a las riberas del Paraná, notaron un vehículo estacionado de forma sospechosa, en una zona en la que prácticamente no hay viviendas y está en inmediaciones de un club sindical.
Divisaron además la silueta de dos personas a pocos metros de lo que era una camioneta. Cuando estos vieron que el móvil policial se dirigía hacia ellos, comenzaron a desplazarse y apuraron los pasos hacia la calle 122, que conecta con la avenida Zapiola.
Comenzaron a correr para intentar ocultarse pero fueron interceptados muy cerca de un club recreativo que se encuentra en la zona.
En principio fueron consultados por su presencia en el lugar y la actitud que tomaron ante la presencia policial. Al no poder justificar qué hacían allí a esa hora y además en violación de la cuarentena, fueron aprehendidos.
Seguidamente los policías regresaron hacia donde estaba el rodado y notaron que en los asientos había bultos de color oscuro.
Dieron intervención a la División Toxicomanía para constatar el contenido de los envoltorios de grandes dimensiones. Se trataban de atados de cigarrillos de procedencia extranjera, sin el aval aduanero correspondiente, por lo que el hecho fue informado al Juzgado Federal.
Los detenidos fueron identificados, se trataba de dos jóvenes de 29 y 25 años. Junto a la camioneta Ford Ecosport y la carga que transportaban, fueron trasladados a la dependencia policial. En total contabilizaron 7 bultos que contenían 525 gruesas.
Pero las actuaciones no terminaron allí. Procedieron a tomar los números de chapa patente, chasis y motor del rodado, para certificar su propiedad y procedencia. En consulta con la base de datos pudieron comprobar que se trataba de un vehículo que tenía pedido de secuestro por robo perpetrado en la Ciudad de Buenos Aires.