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Bajo una caución real, alrededor de cien mil pesos, el encargado de cuidar un campos de cría vacuna en esta localidad, fue liberado ayer por orden del juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, que lo imputó provisoriamente por los delitos de “maltrato animal y tenencia ilegal de arma de fuego”.
Además de confirmar su arraigo y aceptar el cumplimiento de los requisitos procesales, el sospechoso de 57 años fue excarcelado tras la presentación de la fianza solicitada.
De acuerdo a lo publicado ayer por PRIMERA EDICIÓN, el acusado optó por declarar ante el magistrado de turno y habría admitido el hecho. “Que lo hizo para defender a sus animales, porque los perros le tumbaron a su vaca y alarmaron a varias más”, agregó una fuente consultada.
De acuerdo a lo denunciado, el domingo 10 de mayo a las 18 en un camino terrado ubicado al costado del complejo del IPS, a 200 metros del arroyo Garupá, sector rural de la reserva natural Urutaú, un abogado de 60 años, su esposa, dos de sus hijas, su nieta y el padre de la menor paseaban a cuatro perros: una pitbull y tres dogos.
La perra y uno de los dogos fueron soltados de sus correas e ingresaron a la maleza y monte. Mientras los dueños los buscaban, oyeron disparos de arma de fuego que impactaron en ambos.
Uno de ellos, “Roca” de dos años, murió en el acto mientras que el otro, “Daga” de un año y medio de vida sufrió una lesión de bala en la cabeza de la que se recupera tras la intervención veterinaria.
Efectivos de la comisaría de Candelaria, perteneciente a la Unidad Regional X se entrevistaron, pocos minutos después del alerta por el incidente, con el encargado de un campo cercano al lugar del ataque a tiros.
Las mismas fuentes consultadas, remarcaron que el sospechoso colaboró con la autoridad policial y, además de admitir que gatilló, entregó un rifle calibre 22 con una vaina en cámara de recuperación, sin documentos habilitantes.