En el álbum de los recuerdos de la familia Ayala hay una fotografía que anunció un presagio: “estoy al lado de mi papá, que estaba tocando la guitarra y cantando. Yo tenía un año y medio y lo estoy mirando feliz, escuchando la música con alegría. En esa foto ya se ve que me gustaba la música y eso se lo debo a mis papás”.
Cantar es el momento exacto en el que me siento plena, sin problemas. Cantar te libera”.
Pamela Ayala nació y creció en Puerto Esperanza, en el seno de una familia donde la música es primordial. “Todos los días cantábamos”.
Con apenas cinco años, su voz ya era conocida en el municipio. “Un día le preguntaron a mi papá si yo podía cantar en un festival. Por supuesto que dije que sí: preparé las canciones y fue la primera vez que me subí al escenario, hasta el día de hoy”. Esa presentación fue en la Fiesta Provincial y Nacional del Pino, en Puerto Libertad. Y marcó el inicio de su camino: “jugando y divirtiéndome, siempre feliz. Para mí era hermoso aprender las canciones y que la gente me aplauda. Pasaron los años y a los 12 empecé a tomar consciencia de que esta es mi profesión, lo que me hace feliz”.
Me capacito mucho respecto a la voz, la cuido. Cantar es muy importante porque te libera de las tensiones y emociones negativas
Siempre acompañada por sus padres, en 1999 Pamela dio un gran salto al presentarse al programa “El Show de Video Match”, de Marcelo Tinelli. Tenía apenas 12 e interpretó el chámame Kilómetro 11, la grabación se puede ver en YouTube.
De esa forma “llegué a la pantalla grande y mucha gente me vio e incluso algunos me recuerdan como ‘la nena que cantó en Tinelli’”.
Pronto se abrieron nuevas puertas y grabó su primer disco, en el cual ya venía trabajando pero “mágicamente todo se alineó y comencé a recorrer distintos festivales de la provincia”.
En el 2000 volvió a cantar en el Festival Nacional del Pino. Y ese mismo año, también en el Festival Nacional del Litoral en Posada y en las famosas Peñas de Cosquín. También en el Festival Nacional de Doma y Folklore de Córdoba.
Antes de finalizar el año volvió a Buenos Aires para cantar, nuevamente, en el programa de “El Show de Video Match”. Los años siguientes fueron de giras y presentaciones. Los reconocimientos no tardaron en llegar, en el 2001 recibió el premio Ágata en Puerto Esperanza, durante el festival aniversario de la Localidad. Allí además se estrenó la canción oficial “A Puerto Esperanza”, la cual fue seleccionada por el departamento de Cultura Municipal, cuya autora es Carolina Sotter, mientras que la musicalización es de Dionisio Ayala.
Esos primeros viajes se convirtieron en grandes experiencias. Sobre todo la de Cosquín que “me marcó porque era chica. A esa edad es genial y ahora quiero volver”.
También en 2001, en Buenos Aires, se subió al escenario del 27º Festival de Baradero, donde compartió el escenario con músicos como: Horacio Guaraní, León Gieco y Los Alonsitos.
De regresó a la provincia, cantó en Fiesta Nacional del Inmigrante, en Oberá. Paralelo, Pamela estudiaba en el colegio y por supuesto “me fui libre a muchas materias porque los jueves y viernes íbamos a cantar. Fueron años difíciles para mí, tenía que aprobar sí o sí”, recuerda con ternura.
En el 2002, viajó a Puerto Iguazú donde grabó un compacto llamado “Soy la Selva Soy la Vida” junto a Fausto Rizzani. Y en el 2003 las giras se intensificaron cuando fue invitada por Cuty y Roberto Carabajal, a cantar en las cataratas del Iguazú y a participar en la recorrida por Misiones. Al año siguiente, Cuty y Roberto Carabajal se convierten en sus padrinos artísticos y recorrieron todo el país. “Con un disco que se llama ‘Buenas y Santas’, cantado por distintas artistas argentinas. “Esto aportó mucho a mi carrera como cantante”, pero además le dio la posibilidad de compartir el escenario con Mercedes Sosa, Soledad Pastoruti, Julia Zenko, Roxana Carabajal, Sandra Mihanovich, entre otras artistas de renombre.
En el 2006, volvió a compartir el escenario con Patricia Sosa y Sandra Mihanovich. Esta vez en las Ruinas Jesuíticas de San Ignacio, durante el show “Mujeres Argentinas”.
Años más tarde, en el 2010 representó a Misiones en el Bicentenario de la Patria 25 de Mayo, en Buenos Aires.
Entre sus anécdotas contó a Revista SextoSentido que conoció a Luis Salinas en la vereda de un restaurante de Posadas. “Le canté un pedacito y me invitó a cantar al escenario. Así fue nuestro encuentro”.
Carismática y sencilla, Pamela recorrió todos los escenarios de la provincia y gran parte del país. Incluso, cantó junto a Teresa Parodi.
En el 2014 lanzó su material discográfico llamado “Pan del Agua”, el cual presentó en teatro lirico del centro del conocimiento.
Al año siguiente su voz se expandió al mundo cuando “los Grillitos Sinfónicos me invitan a cantar”. La gira con la orquesta comenzó en Perú, en el 2015. Luego, a los Estados Unidos. Y En 2017 recorrieron Italia.
A la vez, grabó el disco “30 años Julie Freundt”, el cual lo presentaron en Perú. Y poco después, fue invitada a una gira por Marruecos, donde representó al país en el “Festival de arte y culturas del mundo”.
Y mientras Pamela recorre su trayectoria piensa: “nunca imaginé que lograría todo eso, aunque debo decir que siempre pienso que vendrá más. Siempre le pido a Dios que me permita vivir estas bellas cosas que te da la música”.
En tiempos de cuarentena
Estar en casa le permitió a la cantante incorporar nuevos conocimientos en cuanto a lo tecnológico: “tuve que aprender mucho sobre las herramientas virtuales y activé mi canal en YouTube donde subí mi discos, para que la gente pueda acceder”. Quienes quieran ver el contenido pueden hacerlo al ingresar a: Pamela Ayala Misiones .
Por otro lado, nos explicó que primero “pensé que no iba hacer nada pero comencé a grabar con otros músicos, recibo llamados y me preguntan ‘¿te animás a grabar?’. A muchos no los conozco en persona pero lo increíble es que a la hora de grabar nos une ese momento”.
Por
Susana Breska Sisterna
Lic. En Comunicación Social
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Fotografías Gentileza: J. Padula y M. Machuca.