Las autoridades de Tucumán confirmaron ayer que, tras la aparición de un cadáver que puede ser el de Luis Espinoza, buscado desde hace una semana tras un operativo policial, se abrió un protocolo administrativo para determinar responsabilidades y, eventualmente, ordenar la expulsión del personal de la fuerza de seguridad que pudiera estar involucrado en el caso.
“Fueron pasados a disponibilidad nueve policías de la comisaría de Monteagudo que habían intervenido en el operativo policial en donde fue visto por última vez Espinoza y esa decisión se tomó incluso antes de la detención solicitada por la Justicia, con el objetivo de mantener la mayor transparencia posible y garantizar que la investigación se desarrolle sin obstáculos”, explicó el secretario de Seguridad, Luis Ibáñez.
Por el caso, se encuentran detenidos el comisario Rubén Montenegro, el oficial José Morales, los sargentos René Ardiles y Víctor Salinas; los cabos José Paz Claudio Zelaya y Miriam González; y el agente Esteban Rojas González y el vigía comunal Sergio Santillán.
Tras las indagatorias de los acusados, el juez de la causa, Mario Velázquez, ordenó el traslado de los policías a la cárcel de Villa Urquiza, a excepción de la mujer policía. El funcionario recordó que “esta es la segunda vez que se requiere una medida drástica como la expulsión de efectivos y así será cada vez que estemos ante la comisión de hechos gravísimos”, agregó Ibáñez.
Tras una semana de intensa búsqueda, equipos investigativos dirigidos por la Fiscal Mónica García de Targa, encontraron en territorio catamarqueño, a 200 metros del límite con Tucumán, un cuerpo sin vida que sería el de Espinoza, vecino de la localidad de El Mencho, Simoca, que desapareció el viernes 15 de mayo.
Los nueve empleados policiales fueron separados de la fuerza apenas se tomó conocimiento de su posible participación. Espinoza desapareció tras haber sido golpeado junto a su hermano por efectivos de la comisaría de Monteagudo.