El odontólogo platense se encontraba en el geriátrico “Del Rosario” de la localidad de José C. Paz y su muerte se produjo por “causas naturales”, ya que desde marzo pasado arrastraba problemas de próstata y de Alzheimer.
Barreda había sido condenado a prisión perpetua por asesinar en 1992 en su casa a su mujer, sus dos hijas y su suegra y luego beneficiado con libertad condicional.
Barreda pasó sus últimos años en la pobreza. Sin hogar, tras vivir un año entre los pasillos del Hospital General Villegas de Pacheco -donde se decía que simulaba ser otra persona, que amenazaba a médicos y enfermeros- fue internado por un breve período en el hospital Eva Perón del municipio.
Desgastado, Barreda usaba pañales en el centro médico, tenía lagunas en su discurso, algo que varios médicos tomaron por síntomas de Alzheimer, aunque nunca fue diagnosticado.