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Maquillada, vestida con un coqueto saquito azul y un collar simil de perlas, Zulema Esquivel de Perié recibió a PRIMERA EDICIÓN en su casa de Tucumán casi 3 de Febrero donde vivió casi toda su vida, dio a luz a siete de sus ocho hijos y el 20 de mayo último festejó sus “jóvenes” 103 años. Gracias a los recursos tecnológicos los pasó acompañada de todos sus familiares, incluso de quienes viven en el extranjero, Suecia y Australia.
Es que la vida quiso bendecirla con una familia grande constituida por 8 hijos, 24 nietos, 13 bisnietos y 5 tataranietos. Todos estuvieron “juntos” virtualmente para celebrar el gran día.
“Viví para ver muchas cosas, pasé por todo lo imaginable en distintos gobiernos pero esto, una pandemia que nos tiene en cuarentena total, nunca”, contó dueña de una lucidez envidiable mientras fue trazando su historia con claridad y entusiasmo.Zulema es correntina de nacimiento, su ciudad natal es Playadito, pero desde muy chiquita fue enviada a la tierra roja, más precisamente a Apóstoles, para asistir a la escuela.
“Nunca pensé que iba a vivir tanto. A veces digo que es demasiado ya”, bromeó.
Con mucha fuerza en la mirada y rebosante de salud la mujer contó que nunca tuvo enfermedades de gravedad y tampoco cirugías. Aseguró que su “secreto” ante tanta longevidad se debe a que “siempre estuve ocupada haciendo las cosas de la casa, cosiendo y confeccionando la ropa de mis hijos y participando en política”, contó.
En 1952, año en que se instauró el voto femenino por primera vez Zulema Esquivel fue candidata a diputada provincial. De raíz radical,Yrigoyenista, ella siempre acompañó a su marido, Francisco Perié, en todas sus intervenciones políticas de índole más bien vecinal y de participación ciudadana.
Hasta ahora, salvo las veces que el voto estuvo prohibido en el país en gobiernos dictatoriales, Zulema va personalmente a la escuela donde le toca votar.
Camina sólo con la ayuda de un bastón y se resguarda porque sueña con que las cosas vuelvan a la normalidad para tener a toda la familia reunida en su mesa.
Según pasan los años
Su visión política del país es aguda, analizó que se trata de una época muy difícil pero que en cierto sentido mejoró.
Para ejemplificar contó como fueron algunos años en los que escaseaba la comida y había que ir a hacer largas filas en las inmediaciones de la ex Estación de Trenes para comprar mercaderías a precios más o menos razonables.
“Hay servicios que están funcionando bien y no hay faltante de comida en los supermercados. La sociedad funciona mejor”, analizó.
Siempre consciente de que el estudio es la mejor herramienta para estar preparados en la vida se aseguró que trató que todos sus hijos apuesten a la educación.
“Con sacrificios a lo largo de los años pudimos levantar la cabeza. Fue el legado de mis padres quienes también se esforzaron mucho para que yo y algunos de mis hermanos pudiéramos estudiar”, rememoró. Sobre la reflexión que hizo sobre tantos años vividos Zulema dijo que “la vida fue buena conmigo”.
“Tuve la bendición de tener hijos buenos y obedientes. Mi esposo era un buen hombre, firme y jamás usó la violencia para educarlos, era un hombre que sabía educar. Transmitía respeto”, destacó sobre su compañero de vida.
Sorpresa
El cumpleaños 103 fue especial, quizá más especial que el celebrado cuando llegó a los 100. “Yo pensé que iba a ser un día más, porque nadie iba a poder venir personalmente. Pero desde las 5 de la mañana ya estaba contestando llamados y mensajes. Después hablamos por la computadora”, recordó.
Habituada a un estilo de vida bastante parecido al aislamiento, ella aseguró que no ve la gran diferencia salvo la imposibilidad de tener reuniones en su hogar.
“Es como si estuviera viviendo mi vida normal, ya hacía un tiempo que dejé de hacer las compras de la casa, tampoco estoy cosiendo ni hago política. Leo mucho”, sonrió.
Con salud de hierro, lo cual hace suponer que Zulema tiene aguante para muchos años más, ella sólo toma un medicamento para equilibrar la presión y ni siquiera tiene dolores de cabeza y ni una gripe.
El día de sus 103 años el mensaje de todos sus seres queridos fue “mucha salud y larga vida para la querida abuela”·
Cumple sin igual
“Yo pensé que iba a ser un día más, porque nadie iba a poder venir personalmente. Pero desde las 5 de la mañana ya estaba contestando llamados y mensajes. Después hablamos por la computadora”, recordó.