El presidente Alberto Fernández cuestionó este viernes los dichos del sociólogo Juan José Sebreli y dijo que le “da pena” que se “tergiversan las cosas”, al volver a defender la cuarentena obligatoria por el coronavirus.
“Yo escucho a gente muy preparada que dicen que el barrio Azul es el Gueto de Varsovia. ¿Cómo pueden decir estas cosas?”, se quejó el mandatario nacional.
En declaraciones a radio AM750, expresó: “Yo no tengo problemas, tampoco me quita el sueño, pero tengo pena porque se tergiversan las cosas, se confunden y por ahí hay gente que no tiene la posibilidad de informarse como vos o como yo y cree, se impacienta y se inquieta“.
“Hay 24 gobernadores que trabajamos y remamos todos para el mismo lado y luego están los que peor me caen, que es la política tuitera, los trolls que maltratan, desgastan… Y los pensamientos absolutos que dicen: estos tipos nos llevan a Venezuela. Yo escucho a gente muy preparada que dicen que el Barrio Azul es el Gueto de Varsovia. ¿Cómo pueden decir estas cosas?“, planteó el Presidente.
El mandatario nacional destacó que “lo mejor de la pandemia es que dejó al descubierto la injusticia en la que vive” el país.
“Lo mejor que vi es a una población que se disciplinó a si misma y cumplió la cuarentena para evitar consecuencias que uno no quería que ocurrieran“, subrayó Fernández, tras cumplirse 70 días de aislamiento obligatorio.
En tanto, sostuvo que “los diarios están atiborrados de noticias del coronavirus pero no te cuentan que las Bolsas de Comercio de todo el mundo no paran de caer y que empresas que valían millones ya no valen nada“.
“Las empresas empezaron a tener al valor real que tenían que tener y no un valor especulativo“, afirmó Fernández, y agregó: “Tenemos que construir un capitalismo que le sirva a la gente y no un capitalismo financiero que solo especula“.

El gueto de Varsovia fue el mayor gueto judío establecido en Europa por la Alemania nazi durante el Holocausto, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Fue implantado en el centro de la capital polaca entre octubre y noviembre de 1940.
En noviembre de 1940, 380.000 judíos fueron hacinados dentro del gueto de Varsovia.
Más de 80.000 murieron a causa de las terribles condiciones que reinaban en el lugar, especialmente amontonamiento y hambruna.
No obstante artistas e intelectuales continuaron sus actividades creativas. En julio de 1942, comenzaron las deportaciones a los campos de exterminio.
Antes de la guerra habitaban la capital de Polonia unos 375.000 judíos, casi un 30 por ciento de la población. Inmediatamente después de la rendición de Polonia, los judíos de Varsovia fueron sometidos a ataques brutales y reclutados por la fuerza a realizar trabajos forzados.
Decenas de miles de refugiados expulsados a Varsovia aumentaron a 450.000 el número de personas confinadas. Rodeados por un muro que fueron forzados a construir, bajo una vigilancia severa y violenta, los judíos fueron aislados del mundo exterior. Dentro del gueto sus vidas transcurrían entre una lucha porfiada por la vida o la muerte por enfermedad y hambre.
Las condiciones de vida eran insoportables. El hacinamiento llegaba a 6 y 7 personas por habitación y las raciones de alimentos constituían no más de un diez por ciento de los requerimientos diarios de un ser humano. La actividad económica era insuficiente y en su mayor parte ilegal. Ésto incluía el contrabando de comida.
Los que participaron en actividades económicas o que poseían algún ahorro constituyeron la mayoría de los que lograron sobrevivir por algún tiempo.
El hacinado gueto se convirtió en un foco de epidemias y de mortalidad masiva, ante las cuales las instituciones comunitarias judías, especialmente el Judenrat y las organizaciones de caridad fueron impotentes. Durante toda la existencia del gueto de Varsovia murieron más de 80.000 personas dentro del mismo. En julio de 1942 comenzaron las deportaciones al campo de exterminio de Treblinka.
Fuente: Agencia de Noticias NA