El presidente Alberto Fernández eligió a Misiones como la tercera provincia en ser visitada en medio de la cuarentena por COVID-19. Además de una recorrida por puestos de feriantes, la agenda oficial incluyó habilitaciones de espacios como la Unidad de Salud para Inimputables del hospital Carrillo o la infraestructura del Materno Neonatal del Parque de la Salud; el mandatario brindó una breve conferencia de prensa y tuvo una reunión con el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el presidente de la Legislatura (titular del Frente Renovador misionero) Carlos Rovira.
En la faceta pública, el mandatario se llevó pedidos varios de los misioneros: desde el fondo para incentivar la producción de la agricultura familiar hasta el permiso para pescar de un hombre (caña en mano) a la salida de uno de los edificios públicos visitados.
Pero hubo un momento de indisimulable tensión en la conferencia de prensa donde Fernández buscó la forma más “elegante” para decirle “no” a los principales pedidos de Misiones, con argumentos discutibles.
Cuando PRIMERA EDICIÓN le preguntó por el precio más alto que se pagaba de combustibles, la falta de tendido del Gasoducto (suspendido definitivamente por Mauricio Macri pero prometido por todos los presidentes que pasaron por la tierra colorada) y la compensación a modo de reparación histórica en este NEA pobre y relegado, Alberto Fernández admitió que los argumentos eran justificados.
“Tanto Carlos Rovira como Oscar Herrera Ahuad me plantearon las desigualdades de Misiones respecto de la distribución de los fondos de la coparticipación federal. Después de esta pandemia tenemos que redefinir el país que queremos construir. El que conocíamos entró en una enorme crisis y dejó al descubierto sus peores miserias”, señaló. Y prometió “rediseñar el modelo de coparticipación para el país, porque éste claramente no está funcionando”.
Para defenderse de los pedidos no solucionados, citó la ayuda mediante el Ingreso Federal de Emergencia y el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) que recibieron misioneros, datos que en el nerviosismo le costó encontrar tras sacar papeles de los bolsillos del saco y el pantalón, acción que arrancó una sonrisa de los presentes en el quincho de la Residencia, hasta que el ministro Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) le alcanzó el detalle escrito desde su asiento debajo de la mesa principal.
Del discurso mucho, a los hechos poco y nada
Otra vez el Norte con mayor pobreza e inflación del país, a pesar que el mundo atravesará la peor crisis económica y social de la historia reciente por la pandemia que profundizará la desigualdad con la zona central argentina, seguirá sin reforzarse la inversión pública nacional en las jurisdicciones y se limitará a los planes y programas que se repartirán en las 24 jurisdicciones.
Ya en la gestión de Macri se creó el Plan Belgrano prometiendo faraónicas obras para el Norte Grande (como les gusta a los dirigente incluir en esa denominación al NEA y NOA). Pero quedaron solamente en eso, en la grandilocuencia de los continuos lanzamientos que tuvo ese programa vacío de financiamiento. Más todavía cuando la recesión y el salvavidas del FMI fugó miles de millones de dólares al exterior.
Volviendo al paso de Fernández por Misiones, para “compensar” la ausencia de anuncios que hagan a una mejora en la economía financiera y social, elogió la gestión de Herrera Ahuad hasta en el cuidado de la frontera, que es una obligación del Estado nacional y donde los municipios vecinos especialmente de Brasil esperan un refuerzo de efectivos federales que Fernández no comprometió.
Entre los compromisos que sí asumió están el devolver la inversión pública nacional a Misiones en obras, que se había suspendido en la era macrista, con una cifra de cinco mil millones de pesos en varios años hasta el final de su mandato. Rotondas, acceso a pueblos, mejoras en redes de agua y viviendas son parte de los convenios.
“Por ahora trajo el pagaré pero habrá que trabajar mucho para conseguir que se giren los fondos”, graficó un técnico que conoce los continuos retrasos en los que incurren todos los mandatos presidenciales, para entender lo firmado el viernes.
“Pichados”
En el entorno “Albertista” quedaron “pichados” porque no esperaban que el Presidente pasara momentos de incomodidad, con reclamos que no tiene en agenda resolver por el momento.
Venía de los abrazos (anti medidas preventivas por la pandemia) en Formosa y se encontró con un sabor semiamargo de pedidos.
El interés de la Casa Rosada parece ser solamente dejar la imagen de un Presidente ejecutivo que tiene respuestas en las crisis. Pero los pueblos, a lo largo y ancho de la Nación, hoy exigen soluciones más urgentes o a mediano y largo plazo según la problemática que se aborde.
Tal vez, en los próximos tres años y medio que le quedan de gestión, Fernández acerque respuestas a la tierra colorada o las envíe desde su despacho porteño con la efectividad suficiente para que los misioneros sientan que este Norte del que tanto destacó las desigualdades con el país central, fue escuchado y merece una compensación nacional para bajar precios de los combustibles, de los productos de la canasta básica, en los impuestos a las PyME, en la enorme carga tributaria a todos los generadores de trabajo, para bajar el endeudamiento de los hogares y en obras que eliminen necesidades básicas insatisfechas.
Cara a cara
El nombre del nuevo director Ejecutivo argentino en la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) no se anunció en la visita a Misiones. Sin embargo, no pasó desapercibida la presencia en la Residencia gubernamental, durante la conferencia de prensa, del empresario de la industria de la madera Ignacio Barrios Arrechea, hijo del exgobernador radical Ricardo Barrios Arrechea.
No fue un invitado de la renovación, pero sí del ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, quien se encargó incluso que “Nacho” tuviera un cara a cara de 15 minutos aproximadamente con Fernández en el aeropuerto, antes del viaje de regreso a la ciudad de Buenos Aires.
En la previa y pos conferencia de prensa, el joven misionero habría hablado con Kulfas (orgánicamente su posible jefe administrativo en la posible gestión) hasta con el secretario de Comunicación y Prensa presidencial Juan Pablo Biondi.
El joven, vinculado al kirchnerismo cristinista desde hace ya varios años, tiene una amistad con una de las sobrinas de CFK e hija de Alicia Kirchner. Su llegada a las oficinas del exclusivo Puerto Madero en Buenos Aires, tendría la “bendición” de Máximo y la propia CFK.
“No es de la Cámpora pero sí tuvo el apoyo de la agrupación del diputado Kirchner. Fue una propuesta que habría salido del Instituto Patria al Presidente de la Nación y que se confirmaría esta semana”, explicaron en el entorno de Barrios Arrechea hijo.
Tampoco lo habría promovido el Frente de Todos misionero ni el Frente Renovador. En el mano a mano entre el Presidente con los principales referentes de la renovación, Fernández optó por no oficializar a Barrios Arrechea como tampoco se habría animado el “Albertismo” a hacerlo con el diputado nacional “Cacho” Bárbaro que pidió por personas de su sector para la EBY. La única que estaría anoticiada por el “cristinismo”, es la eldoradense Cristina Britez.
Imagen entre pandemia y gestión
La Consultora CB, con oficinas en Córdoba y Buenos Aires, volvió a medir la imagen del presidente Alberto Fernández, la vice CFK, el exmandatario Mauricio Macri y los 24 mandatarios provinciales (incluida la ciudad de Buenos Aires).
El director de CB consultora, Cristian Buttié reveló en FM de las Misiones 89.3 (la radio de PRIMERA EDICIÓN) esta semana que la imagen presidencial está en descenso pero se mantiene alta. Mientras que Herrera Ahuad está quinto con 63,8% de imagen positiva entre los gobernadores, donde el mejor posicionado es el mendocino Rodolfo Suárez (70,1% de apoyo).
“El presidente Fernández tiene imagen positiva en todas las provincias, siendo la más alta en La Pampa y la menor en Córdoba. La Vicepresidenta solamente tiene imagen positiva por encima de la negativa en ocho provincias. Macri tiene imagen negativa en todas las provincias excepto en Córdoba”, reveló Buttié.
En la provincia de Misiones, Macri tiene 74,8% negativa y 25,2 positiva; CFK 58,4% positiva y 41,6% negativa; Alberto un 60,1% positiva y 39,9% negativa según la encuesta de mayo.