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Para ello, cada iglesia se ocupa de ver cómo implementar el protocolo en su congregación con la responsabilidad correspondiente. Así, las misas católicas se realizan con inscripción previa, para no superar el número de personas habilitadas por metro cuadrado.
“Ya estamos más de dos meses en cuarentena y la situación puede llegar a complicarse, es importante la parte espiritual para poder enfrentar las consecuencias de esta pandemia. Apelamos a la responsabilidad de la gente para que no tengamos luego que volver para atrás”, planteó a PRIMERA EDICIÓN el párroco local, Juan Domingo Sánchez.
“La autorización de las celebraciones de misas y cultos es un decreto provincial al que nosotros adherimos, aunque con mucha cautela, porque si bien las distintas iglesias pueden iniciar sus actividades, nosotros realizamos una reunión con todos los referentes para analizar la situación y un protocolo. Entre todos y de forma unánime se decidió el momento en el que comenzaríamos, que fue precisamente este fin de semana. Quedó en el plano de cada congregación el modo en el que se irá implementando”, ratificó a este Diario el intendente Jorge Lovato.
Recién en junio
En este marco, la Iglesia Luterana, una de las más antiguas e históricas de Montecarlo, decidió iniciar las actividades recién el segundo fin de semana de junio. Así lo confirmó el pastor Carlos Brinkmann: “Tomamos la determinación de esperar, no tenemos apuro con esto sino que preferimos ser precavidos. Participar de la iglesia es una necesidad importante, sin embargo, esperar unos días más no significará una pérdida de fe”, expresó.