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La angustia se volvió desesperación para ocho cosecheros temporarios de Comandante Andresito, quienes quedaron varados y sin trabajo en Río Negro, donde las necesidades se agudizan por las bajas temperaturas.
Para todos ellos viajar al sur era la forma de escaparle a la pobreza que, en el verano misionero, no perdona a los cosecheros. Ninguno esperaba quedar a la deriva una vez finalizado el trabajo.
Diego de la Cruz, el capataz que se encargó de reclutarlos en enero para ir a trabajar a esa provincia patagónica durante la cosecha de peras y manzanas, relató la tragedia de pasar frío, hambre y no tener cómo volver a sus hogares.
“Nunca paramos la cosecha porque eran productos alimenticios y nos decían que teníamos que ponerlos en la mesa de los argentinos. Mientras trabajamos, nos hacían chistes sobre que si nos tenían que llevar a Misiones los mismos dueños de la empresa, lo iban a hacer. La temporada terminó a mediados de mayo y ahora nadie se hace cargo”, contó De la Cruz.
Según él, la vida es cada vez más complicada en Cinco Saltos, la localidad donde trabajaron para la empresa Valle Manzano SA. Allí el frío sureño les pasa factura y últimamente ni siquiera les permiten usar la leña de la finca donde están aislados. “Nos dijeron que no podemos buscar leña en la chacra porque es robar”, se angustió el trabajador.
Según el relato pormenorizado que brindó a PRIMERA EDICIÓN, la situación común a todo el grupo de misioneros es todavía peor para una pareja que viajó con él. La mujer cursaba el séptimo mes de embarazo y estando allá dio a luz a un varón llamado Máximo.
“Ellos estaban muy mal económicamente y la posibilidad de conseguir trabajo acá era un alivio con la llegada del primer hijo. Están alquilando una pieza, pero ahora ya les pesa una amenaza de desalojo. No tienen dinero y mucho menos posibilidades de volver”, graficó De la Cruz.
Impagable
El vocero de los misioneros apuntó que “golpeamos muchas puertas en Misiones, en el nuevo sindicato rural, en UATRE y ante autoridades de la Nación. Lo único que nos propusieron fue pagar una combi entre todos, pero para eso hay que tener casi 300 mil pesos. ¿De dónde vamos a sacar esa plata? El sueldo de enero y febrero nos pagaron en marzo, pero como sacamos adelantos para poder comer, no nos sobró casi nada. Después tuvimos afectación por el clima y el trabajo decayó. En mayo terminó todo y sólo tenemos comida para unos días más. Estamos desesperados”, clamó el hombre.