Mientras el miércoles los hijos y pareja de Romina Beatriz Rodríguez la velaban y luego enterraban sus restos en un cementerio privado, los investigadores policiales profundizaron la labor de campo en su intento por esclarecer el motivo y los protagonistas del asesinato de la suboficial de la fuerza de seguridad provincial.
Con los primeros resultados de la autopsia y las observaciones en la escena del crimen, un pequeño monoambiente en el barrio Horacio Quiroga de Garupá, la investigación según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN apuntó a la búsqueda de tres armas de fuego: una pistola calibre 22 que le gatillaron en la cabeza a la sargento, un revólver calibre 38 que pudo haber utilizado otro partícipe y la pistola reglamentaria de la víctima fatal, una Hi Power nueve milímetros que se sospecha fue robada el martes entre las 7 y 7.20 cuando fue asesinada la mujer de 35 años frente a su hijo de seis.
Hasta anoche, continuaban detenidos cuatro jóvenes de 18, 19, 22 y 28 años, dos de ellos hermanos y todos residentes en puntos o sectores próximos a la calle Guaraní casi Caá Yarí, donde fue atacada Romina Rodríguez.
Según los datos firmes de la pesquisa, integrada por la Dirección Homicidios e investigadores de la Unidad Regional X, se desprende la posibilidad de un quinto participante, que se señala como cabecilla de una banda o grupo de muchachos involucrados en distintos delitos contra la propiedad y todos sumergidos en el consumo excesivo de drogas y alcohol.
El miércoles tras el velatorio y sepelio, el niño de seis años que presenció el instante en que ejecutaron a su madre embarazada de siete meses, continuó con la asistencia psicológica como víctima, al igual que su hermana de 16 años. La pareja de Rodríguez en tanto, mantuvo contacto con el juez de la causa, de Instrucción 2, Juan Manuel Monte.
El Magistrado también regresó a Garupá ayer a continuar detalle a detalle con el relevamiento de los investigadores. Entre los próximos pasos judiciales, se aguarda el llamado a indagatoria a los cuatro involucrados demorados hasta ayer. Esto podría suceder mañana o el sábado, dependerá del primer informe de las actuaciones policiales que lleguen al despacho del juez Monte.
De consultas directas de este Diario a fuentes cercanas a la pesquisa, se desprende entre las hipótesis la de que al menos los cuatro detenidos estuvieron juntos la noche anterior para beber y drogarse y pergeñar el robo. También sostienen que los jóvenes sabían que el objetivo era la vivienda de una suboficial de la Policía y que no sería fácil el golpe.
Lo que mayor dramatismo y crueldad marca al hecho, es que fueron armados a intentar el atraco y que tampoco dudaron en disparar cuando se vieron enfrentados por la mujer cuando se despertó en la pequeña dependencia.
Un disparo calibre 22 le impactó en la cabeza a la sargento Rodríguez, otros dos fueron a la altura del abdomen. El disparo letal, tal como lo adelantó este medio, fue el que impactó en el cráneo y que dejó tendida sobre la cama a la víctima. Esto ocurrió delante del menor de seis años quien también estaba durmiendo cuando irrumpieron los delincuentes y fue quien corrió a pedir ayuda a la calle cuando aún el sol asomaba.
Uno de los balazos impactó en el celular de la policía y otro en una puerta de la pequeña dependencia o monoambiente en el que la víctima junto a su hijo y su pareja, empleado municipal de Posadas que había salido en su motocicleta a trabajar minutos antes, habitaba mientras intentaban ampliar el inmueble hacia el fondo del terreno.
Las cuatro aprehensiones y demoras de sospechosos se realizaron entre el mediodía y tarde del martes, en los barrios próximos Santa Clara, Villalonga y Ñu Porá.
Descartado
Cabe aclarar que, lo sucedido en Garupá el martes, en un primer momento se conjeturó como femicidio o un suicidio, a los pocos minutos giró hacia la figura penal de “homicidio calificado por el uso de arma de fuego y robo” y se montó un amplio operativo con el juez Monte a la cabeza y la labor de los investigadores.
De estos allanamientos, dos hermanos de 18 y 19 años, y otros dos sospechosos de 22 y 28 fueron hallados en sus precarias viviendas en barrios aledaños al de la tragedia. Uno de los hermanos podría ser aliviado de una acusación penal formal según los datos recolectados.
Entre los restantes se supone por ahora, estaría el que jaló el gatillo de la pistola para asesinar y los demás serían los cómplices directos o partícipes restantes. Entre las pericias que se aguardan resultados, se destacó ayer que a los cuatro se les practicaron test para identificar componentes de pólvora en las manos, principalmente, con el fin de saber quién disparó el arma calibre 22.