Tal día como hoy, en 1810, se fundaba el considerado como primer periódico de la Argentina, la “Gazeta de Buenos Ayres”, que con el tiempo dio fecha a la celebración del Día del Periodista. Hoy, 210 años después, el profesional de la comunicación se encuentra ante una tarea muy diferente: se enfrenta a nuevos desafíos como adaptarse a las nuevas tecnologías, combatir las fake news y -ahora también- reacomodarse a la pandemia, el aislamiento social y el teletrabajo. Sin embargo, su misión sigue siendo la misma: entender y ayudar a comprender a los demás la complejidad del mundo.
Para conmemorar la fecha y tratar de descifrar un poco más la labor de quienes nos reunimos alrededor de estas líneas -sea en papel o en una pantalla-, PRIMERA EDICIÓN consultó a dos especialistas del mundo académico, formadores de comunicadores sociales en la Universidad Nacional de Misiones: el licenciado en Periodismo, magíster en Periodismo y Medios de Comunicación y doctorando en Comunicación Social Carlos Alberto García Da Rosa; y la licenciada en Comunicación Social, especializada en Comunicación Digital, Patricia Bertolotti.
Cambios de paradigmas

No existe duda de que el periodismo es una de las profesiones que más ha sentido el impacto generado por el mundo digital y las nuevas tecnologías. Como consecuencia, “no sólo ha cambiado su forma de hacer, generar, escribir y trabajar. Sino también cambiaron paradigmas vitales para el periodismo como el paradigma de la verdad, con la presencia de las fake news o noticias falsas”, expresó Bertolotti.
Pero además -señaló- “pasamos del mundo de los medios de la comunicación masiva y unidireccional, a un esquema de comunicación mucho más caótico, diverso y fragmentado. Es una comunicación bidireccional y esto significa que ahora el emisor también es receptor y el receptor también es emisor, y eso genera una fragmentación del lenguaje. Esto aparecen dentro de un fenómeno nuevo: las redes sociales, donde existe una comunicación directa entre las personas, entre la audiencia”.
Para la profesional, en este momento el periodismo se encuentra “disperso en un universo donde todo el mundo puede hablar y todos pueden escuchar o no”. Y es allí donde el periodista debe actuar. Pero ¿cómo? “El periodista tiene que ser una especie de ‘curador’ de contenidos: entre tantas palabras dichas, tiene la responsabilidad de decir lo que está probado. Su función es narrar la realidad fundada en hechos documentados, respaldada en fuentes documentales, orales, institucionales que avalan lo que contamos”, recordó Bertolotti.
De este modo, debemos entender que por lo general las redes sociales no tienen una fuente que respalde sus contenidos, ya que ellas suelen hablan por sí mismas.
Entonces, “el periodista está llamado a hacer el trabajo de ver qué se habla en las redes y ‘curar’ esos contenidos. Es su nuevo rol, uno más entre tantos”.
Patricia Bertolotti aseguró que si se fragmenta la sociedad, “el rol del periodista también empieza a fragmentarse y se suman cuestiones nuevas. Entonces, el cambio es fundamental porque el impacto fue fundamental. Esto venía ocurriendo desde el surgimiento de Internet, pero las nuevas tecnologías lo aceleraron, principalmente con la presencia del teléfono celular; generaron que toda la comunicación sea instantánea esto hace que se aceleren los tiempos”.
Esta precipitación que mencionó la especialista la sentimos en pleno contexto de pandemia, ya que el aislamiento social hace que la herramienta vital para comunicarnos sea la tecnología, muchas veces en exceso: “Hoy nos comunicamos por medio de Zoom, reuniones virtuales, WhatsApp, redes sociales, tanto para trabajar como para comunicarnos. Eso hace que se disperse y fragmente más la audiencia”.
En este contexto, Bertolotti explicó que “hoy recibimos mucha información en las redes sociales y aquí la credibilidad del periodista es fundamental: nuestro principal capital como marca personal y del medio es la de construir credibilidad como persona y como periodista”.
Un lector autónomo

Para Carlos García Da Rosa, entretanto, la aparición de las nuevas tecnologías no sólo modificó la forma de producir la información, sino que también provocó un cambio en la relación con el público, “porque hoy el lector es más independiente y autónomo, él mismo busca la información a partir de la diversidad de oportunidades que tiene y que le brindan las nuevas tecnologías. Y cuando hablo de medios, hablo de los tradicionales -radio, televisión y diarios- pero también de las redes sociales, en donde navegan constantemente, y el WhatsApp, en el cual circula mucha información de forma masiva. Ahora, hay que darle a cada uno un contexto y la veracidad que merece”.
Por otro lado, el profesional detalló que ese lector además produce sus propios contenidos y construye sus propios medios para compartir aquellas cosas que quiere que se conozcan.
En el centro de todo esto aparece el trabajo que tiene, actualmente, el periodista: “El lector nos está marcando por dónde tiene que ir el trabajo del periodista y su formación como tal, una formación fuertemente humanística para poder comprender lo que está pasando en el mundo y además, para poder contar lo que está sucediendo”.
En palabras del magíster en Periodismo y Medios de Comunicación, el periodista debe repensar en cómo construir su producción de contenidos para llamar la atención de ese público nómada, independiente y que busca en los medios aquella información que necesita para su día a día. “Es un desafío muy grande”.
Sin embargo, García Da Rosa sostuvo que a pesar de la diversidad “el principal nivel de referencia siguen siendo los medios de comunicación, es allí donde el lector busca la información que necesita para resolver su día. Lo busca en su medio de comunicación confiable. Entonces, ahí está nuestra responsabilidad social”.
“Para poder construir ese nivel de referencia se necesita conocer, tener una base crítica de información para poder entender el mundo. Es por esto que considero que lo principal es la formación del periodista para comprender la complejidad del mundo”, sentenció.
El periodismo en casa y la pandemia
El profesor Da Rosa, quien además es periodista agropecuario, siempre sostuvo un lema: “el trabajo se queda en el trabajo” y a la casa se llega para disfrutar de la familia y descansar. Sin embargo, la pandemia por el COVID-19 impactó también en el periodismo en lo que hace a cambios en las rutinas y en los modos de interacción.
De repente, “el trabajo llegó a la casa y se instaló en el ámbito familiar. Mi galería, donde me siento más cómodo, es mi redacción. Pero además, nos modificó la forma de interactuar con el entrevistado: pasamos del cara a cara a la forma virtual”, resumió el profesional.
Y es allí donde se genera otro desafío, ya que “el periodista es un investigador por naturaleza, debe constatar fuentes y verificar cada uno de los datos teniendo en cuenta el contexto. Creo que estamos haciendo un esfuerzo muy grande desde la casa para construir la noticia. Se trata de una nueva forma de trabajo en la cual debemos ponernos horarios, planificar el uso del tiempo y darle a cada cosa el lugar que corresponde, es la síntesis”.
La especialista en comunicación digital Patricia Bertolotti coincidió al señalar que el teletrabajo requiere de mucha autogestión y agregó que “estar en el hogar implica generar toda una autoorganización espacio-temporal en la propia casa. Primero, necesitamos un espacio y ordenar el tiempo”.
Por otro lado, Bertolotti señaló que la pandemia “hay que tomarla como una oportunidad de darnos cuenta de que existen otras formas de trabajar y, por otro lado, se puede sacar provecho de algunas cosas que uno pensaba que iban a ser difíciles de manejar”.