Manifestantes que marcharon hoy por segundo día consecutivo en el centro de Londres pidiendo justicia para George Floyd, asesinado por un oficial de la policía en Minneapolis, volvieron a enfrentarse con la policía que custodiaba los edificios públicos que rodean la Plaza del Parlamento, en Westminster.
Después de un día de manifestaciones mayormente pacíficas contra el racismo en todo el Reino Unido, un grupo que protestaba en las cercanías de Downing Street, la residencia oficial del gobierno británico, se enfrentó con la policía al intentar abrirse paso a través de un área restringida.
Empujaron de forma violenta a los agentes que custodiaban la zona, dispararon bengalas y bombas de humo.
A su vez, en la Plaza del Parlamento, la estatua de Winston Churchill, fue pintada con grafitis y se le colgó un letrero con la consigna del movimiento Las Vidas Negras Importan (Black Lives Matter).
Ayer unos 14 agentes resultaron heridos después que decenas de manifestantes se concentraron en la puerta de Downing Street y arrojaron, bengalas, botellas y hasta bicicletas, contra los oficiales de la policía montada.
La comisaria de la Policía Metropolitana, Cressida Dick, informó hoy a los medios británicos. que veintinueve personas fueron detenidas y que 14 policías resultaron heridos, dos de ellos de gravedad.
Dijo que la cantidad agresiones a los agentes de policía en las protestas contra el racismo es “escandaloso e inaceptable”.
Por la tarde, el epicentro de la protesta fue frente a la embajada de Estados Unidos en Londres.
Allí se les entregó tapabocas, guantes y gel de manos para protegerse durante de los contagios de coronavirus y se les pedía por parlantes que mantuvieran la distancia social.
En ese sentido, el ministro Salud, Matt Hancock, alertó que sin duda existe un riesgo de que haya un aumento en los casos de coronavirus después de las protestas de este fin de semana.
Mientras tanto, en la ciudad Bristol, al suroeste de Inglaterra, una multitud marchó por el centro de la ciudad y mantuvieron un silencio de ocho minutos para marcar la cantidad de tiempo que el oficial de policía, Derek Chauvin, se arrodilló en el cuello de Floyd antes de morir el 25 de mayo en Minnesota y un grupo de manifestantes derribó la controvertida estatua de bronce del comerciante de esclavos del siglo XVII Edward Colston.
Estados Unidos, epicentro de las protestas
Cientos de miles de norteamericanos volvieron a salir a las calles este domingo para expresarse contra el racismo tras la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis. Ciudades como Nueva York, Washington, Boston, Miami y Michigan, volvieron a registrar grandes movilizaciones aunque, a diferencia de días anteriores, con mucha más calma y sin disturbios ni hechos de violencia.
En el caso de Nueva York, tras un sábado en el que se vieron movilizaciones masivas también sin incidentes, este domingo hubo nuevas protestas pacíficas desde primera hora en varios parques de Brooklyn y Queens. En total, había cerca de 30 convocatorias repartidas a través de toda la Gran Manzana y con diferentes horarios, en las que participaban miles de manifestantes.
En Manhattan se pudo ver importantes muchedumbres en lugares emblemáticos como Times Square o frente a la sede central de Naciones Unidas. También hubo concentraciones específicas de trabajadores sanitarios, de motociclistas o de familias con niños en distintos puntos de la ciudad.
Por primera vez desde el lunes, los manifestantes no se enfrentan a un toque de queda, levantado este domingo por el alcalde, Bill de Blasio, tras varios días en los que han dominado las protestas pacíficas y no se han visto los disturbios y saqueos de las primeras jornadas.
“Ayer tuvimos una poderosa expresión de protestas pacíficas en toda la ciudad de Nueva York”, dijo De Blasio en una conferencia de prensa, en la que celebró que “decenas de miles de neoyorquinos” saliesen a las calles para exigir una ciudad y un país mejores.
Aunque medios locales informaron inicialmente de que el sábado se habían producido unos 80 arrestos, el alcalde aseguró que únicamente hubo cuatro detenciones y se repartieron 24 citaciones judiciales.
En Europa y el mundo
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Miles de personas tomaron las calles de Barcelona, Madrid y Roma el domingo en una muestra de apoyo al movimiento Black Lives Matter, que ha generado protestas contra el racismo y la brutalidad policial en todo el mundo.
Al final de la manifestación en Roma los asistentes se arrodillaron, levantaron los puños y se mantuvieron en esa posición durante 8 minutos y 46 minutos, exactamente el mismo tiempo que Floyd permaneció con la rodilla de un agente de Minneapolis en su cuello, hasta que falleció.
El evento se realizó un día después de protestas contra el racismo que se desarrollaron mayormente de forma pacífica en ciudades de Australia, Europa y Estados Unidos en respuesta a la muerte del George Floyd, un hombre de raza negra que falleció estando bajo custodia policial el 25 de mayo.
Entre los carteles se podían leer frases en inglés como “Sin justicia no hay paz”, “No puedo respirar”, “No al racismo” o el lema que ha dado la vuelta al mundo “Black lives matter” (“Las vidas negras importan”).
En Madrid, la concentración autorizada de 200 participantes frente a la embajada norteamericana se convirtió en una manifestación sin incidentes de unas 3.000 personas -según las autoridades-, convocadas en las redes sociales por Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente en España.
Aunque la mayoría de los participantes llevaba máscara, la distancia física no siempre se respetó debido a la multitud presente.
Otras marchas están previstas durante la jornada en Copenhague, Bruselas, Glasgow y Londres, donde el sábado una manifestación pacífica de miles de personas terminó en enfrentamientos.
Varias ciudades europeas ya habían tenido multitudinarias manifestaciones el sábado, casi en simultáneo con las realizadas en Estados Unidos, donde decenas de miles de manifestantes marcharon este sábado de manera pacífica. Del otro lado del Atlántico, las protestas se multiplicaron desde Nueva York a Los Ángeles, pero tuvieron su epicentro en Washington, donde miles de personas rodearon las calles cercanas a la Casa Blanca.
Fuente: medios digitales.