Finalmente, después de temporadas angustiantes y desesperación por la falta de agua potable, el Municipio determinó la colocación de una canilla pública en el barrio Bancario de Jardín América, donde se encuentran asentadas unas 400 personas.
PRIMERA EDICIÓN había dado a conocer la semana pasada que las familias contaban únicamente con pozos para extraer agua, pero las napas estaban contaminadas y por esa causa se estima que hubo un brote de enfermedades virales entre los niños.
La situación se había vuelto más crítica en medio de la pandemia, ya que no podían tomar medidas de higiene indicadas por el Ministerio de Salud.
Habían expuesto la situación junto a un vecino, Ángel Benítez, quienes ya habían tocado muchas puertas a nivel municipal para pedir una solución, y ante la falta de respuestas dieron a conocer las pésimas condiciones en las que se encontraban.
“La falta de agua era lo más urgente a resolver. En realidad, sus pobladores necesitan de todo, porque ni siquiera acceso a la energía eléctrica tienen; Sin embargo, no tener agua potable y estar a merced de un pozo que a la vista tiene agua negra es inhumano”, explicaron.
La medida es paliativa
En la zona no se puede habilitar el servicio domiciliario de agua o de energía porque la ocupación del predio es irregular. Su propietario, el Banco Nación, todavía no llegó a un acuerdo con la Provincia ni el Municipio para avanzar hacia la titularidad.
Mientras tanto, los vecinos no cuentan con esos servicios básicos y mucho menos una salita de primeros auxilios o escuela en las cercanías. El barrio Bancario se originó a las afueras de Jardín América hace casi una década. Está habitado por familias de bajos recursos y la gran preocupación era el agua.