Las cifras de pacientes internados y de fallecidos han ido descendiendo lentamente desde hace dos meses, pero se mantienen todavía muy por encima de las del resto de países nórdicos, que han aplicado más restricciones, aunque no confinamiento.
La tasa de mortalidad por COVID-19 en Suecia cuatriplica la de Dinamarca y es ocho veces superior a la de Finlandia y 10 a la de Noruega, pero todavía por debajo de la de países como España, Italia, Reino Unido y Bélgica.
“La estrategia es correcta, porque es correcto proteger vidas y salud, que la sanidad reciba los recursos que necesita, que atenuemos los efectos en empresas y trabajadores y la intranquilidad con mucha información“, sostuvo el primer ministro, Stefan Lofven, en una entrevista publicada hoy por el diario Expressen.
Suecia, donde las agencias públicas gozan de gran autonomía respecto al gobierno, ha optado por muchas recomendaciones a la población, apostando por la responsabilidad individual e introduciendo algunas restricciones: así se han cerrado institutos y universidades, pero no escuelas ni restaurantes, y se han prohibido las visitas a asilos.
Más del 90% de los muertos por Covid-19 en Suecia son mayores de 70 años, y la mitad del total proceden de asilos, mientras que una cuarta parte recibía atención domiciliaria, informó la agencia de noticias EFE.
El Ejecutivo sueco anunció hace unas semanas una campaña para ampliar el número de test a la población, aunque solo a personas con síntomas.
Fuente: Agencia de Noticias NA