Guitarrista y cantor, nació en San Ignacio Miní el 12 de febrero de 1938, hijo de Basilia Sosa y de Ponciano Méndez. Se inició a los 14 años en la ejecución de la guitarra, vocación orientada y guiada por su hermano Rufino Cristóbal Méndez, eximio guitarrista punteador (como suele decirse en Misiones).
“Carumbé”, apodo de Amadeo Méndez, incorporado a la Gendarmería Nacional conoció Argentina y países limítrofes y actuó en Brasil, Paraguay, Chile y Bolivia. En Córdoba integró un conjunto bautizado “Cuarteto de los Aspirantes” conformado por integrantes de la Escuela de Gendarmería, de Villa María, que actuó en el Festival Nacional de Doma y Folclore de Jesús María, Córdoba. Al retirarse de la mencionada fuerza, lo hizo con el grado de sargento y con 30 años de permanencia y 44 de edad. Casado con Aurora Concepción Verdún (fallecida), tuvo cuatro hijos: Soraya (54), Fernando (49), María José (42) y Daniel (38). Son sus nietos Brenda, Ariana, Aníbal y Gustavo. “Carumbé” reside actualmente en Posadas.
Amadeo Méndez es un músico de auténticas raíces misioneras, sanignaciero, como se llama a los nacidos en la Ciudad de las Reducciones Jesuíticas y de la Casa de Horacio Quiroga, indiscutido y jerarquizado acompañante de solistas y conjuntos con su guitarra, labor en la que ha estado junto a muchos artistas (Vicente Cidade entre ellos), pero que siempre se lo cita por su aporte al nombre y la fama de Chaloy Jara.
Con el chamamé a Brasil
Innumerables giras con el recordado y buen bandoneonista posadeño hicieron que “Carumbé” (apodo con que se lo conoce en el ámbito musical de Misiones), conozca además de toda nuestra provincia también Brasil –donde Chaloy es gran figura como chamamesero y tanguero-, y otros países cercanos y gran parte del territorio argentino.
Asimismo el hecho de su traslado como gendarme a Neuquén, desde las orillas paranaseras hasta casi la cima andina, hace que se reconozca su ductilidad guitarrística y también como cantor omnipresente cuando un amigo requería su musicalidad en un cumpleaños o una fiestita de escuelas u otras instituciones para recaudar fondos.
Alguito de humor
“Ese Carumbé es de andar rápido”, solía decir como halago y forma de admiración Vicente Cidade, de quien además de su currículum artístico tiene en su haber emocional … una historia de amor…
Historia de amor
Cuenta Ariana, una de las nietas de “Carumbé”, que, “mis abuelos eran muy jóvenes. Vivían a varias cuadras de distancia de modo que él pasaba frente a la casa de ella casi siempre que venía de jugar al fútbol y era fachero. Parece que a ella le gustó enseguida aunque (dicen que), él enamorado era medio vago y, para mejor, mujeriego”.
“En esos años ella estudiaba y él… al pasar le dejaba la mejor de sus miradas de enamorado. Hasta que quien ahora es Don Méndez le habló… y Aurora quedó flechada. Pero obvio que a ella no la dejaban salir a ningún lado. Recién después que él entró a Gendarmería, llegó a la casa de la futura esposa a pedir su mano que era lo que se estilaba en esos tiempos. Aurora Concepción Verdún, mi abuela, se recibió de maestra cuando tenía 22 años y entonces se casaron. Al año -1966 -, lo trasladaron al abuelo a Córdoba. Ya tenían una primera hija, mi tía Soraya”.
Ensayo presenciado
En la casa del compositor de la galopa Zorzal Tempranero y coautor con su hermano Ramón Ayala de El Mensú y otros temas del acervo musical de Misiones, el autor de esta nota tuvo el invaluable placer de presenciar -como amigo -, un ensayo de Vicente y Méndez con el recordado Teodoro Cuenca. Allí pude apreciar, sin que nadie me lo cuente, la calidad de cada uno de ellos como músicos de primera línea. Inolvidable.
Por Esteban Abad