Las secuelas de la cuarentena se siguen sucediendo sobre el sector privado y, en consecuencia, sobre los trabajadores asalariados declarados que esperan cobrar su sueldo mensual y el medio aguinaldo.
Como ocurrió en meses anteriores, un gran porcentaje de las empresas no pudo completar el depósito de los haberes. Menos aún puede pensar en liquidar la primera parte del Sueldo Anual Complementario. Al punto de plantear en su mayoría que ello podría realizarse en cuotas hacia diciembre, esperando un repunte del que nadie tiene certidumbre.
Dos entidades nacionales que agrupan a PyME e industrias se expresaron en ese sentido en los últimos días, siendo la Unión Industrial Argentina (UIA) la que admitió posibles conflictos gremiales ante el incumplimiento de pagos.
Cómo estarán de complicadas las finanzas que el Estado nacional confirmó esta semana que pagará el medio aguinaldo en cuotas, para quienes perciban haberes de 80 mil pesos en bruto o más.
Se conoció el impacto negativo directo sobre el 40% de la planta docente de la Universidad Nacional de Misiones, según lo reveló el titular del gremio ADUNaM, Aníbal Velázquez, afín al kirchnerismo que calificó la decisión como una “provocación” y un “error”. El dirigente misionero dijo incluso no entender cómo con la emisión monetaria récord, nada menos que un derecho establecido por el peronismo se iba a ver afectado.
Misiones, vale destacar la decisión, abonó el medio aguinaldo en un solo pago, tanto a activos como pasivos, entre jueves y viernes pasado, lo que ayudó a dar un poco más de movimiento al sector comercial en profunda depresión económica.
El vicepresidente de Asuntos Laborales e internacionales de la UIA, Daniel Funes De Rioja, dijo en una entrevista que “el 50% de las empresas no pueden pagarlo y un 25% pueden hacerlo parcialmente”. Fue para apelar a la voluntad política de Alberto Fernández para poner recursos en un “ATP aguinaldo”, que la propia Casa Rosada ya confirmó que no está entre las posibles medidas a implementar.
“Hemos insistido en que algún tipo de apoyo tiene que haber porque si no, se va a llegar al 30 de junio y va a haber conflictos”, remarcó Funes De Rioja.
Por su parte, la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC) realizó una encuesta entre 457 empresas de 22 provincias, para identificar a los sectores afectados y dimensionar el impacto empresarial de la cuarta y quinta cuarentena decretada por el Gobierno nacional (entre el 11 de mayo y el 7 de junio).
“Un 28% de las empresas no pudo afrontar los salarios de mayo (1 de cada 4 PyME). Un 30,4% lo hizo de manera parcial y sólo un 41,6% pudo cumplir sus obligaciones con sus trabajadores”, reveló el estudio. Se destacó una creciente tendencia a no pagar las cargas sociales.
Con respecto al medio aguinaldo, la ENAC aseguró que “la situación se torna grave ya que sólo un 14,5% de las empresas podrá afrontarlo de acuerdo a la legislación. Un 37,7% lo puede abonar en cuotas, de manera parcial o con asistencia externa, pero un 47,8% (es decir 5 de cada 10 PyME) no puede afrontar esta responsabilidad”.
Un dato para destacar es que el 79% de esas mismas empresas destaca las medidas sanitarias y recomendaron “convocar al consejo económico y social de manera urgente con el objetivo de: establecer un plan invierno de sostenimiento del aparato productivo; establecer un plan primavera para el reacondicionamiento de las capacidades productivas; “establecer un plan de reactivación nacional estival de la economía en su conjunto (plan verano)”.
Sin margen para endeudarse
Un problema adicional que afecta al empleo privado (tanto de las PyME como de grandes empresas) es que, a diferencia de abril y mayo, la mayoría (incluidos monotributistas con trabajadores a cargo) ya no soportan tomar créditos para endeudarse con el fin de pagar salarios. Es más, algunas ya agotaron esa posibilidad en los meses anteriores y ahora no cuentan con más margen para pedir asistencia financiera.
Decenas de esas empresas están asentadas en la ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde la multiplicación de los casos de coronavirus retrasa el avance de las fases de aislamiento. Esta semana se supo que durante abril, las industrias del país trabajaron a un 43% de su capacidad (es decir que un mayoritario 57% de la posibilidad de producir no fue utilizado).
Los empresarios saben que la situación en general tiende a ser más negativa con el correr de los meses, porque no se revierte la recesión.
Por ello, Funes De Rioja admitió también que no pagar el medio aguinaldo “se sumaría a una situación delicada desde el punto de vista social y productivo”.
El problema es la incertidumbre que existe ya no sólo por lo que vaya a durar la pandemia, y con ella las restricciones del aislamiento, sino el plan económico que la Casa Rosada tenga para “el después”.
Deuda y moratoria
La ineficacia del ministro de Economía, Martín Guzmán, llevó al presidente Fernández a estar acorralado y sin poder firmar el ansiado acuerdo con los acreedores de la Argentina. Una decisión que se debió tomar apenas arrancó el mandato, Guzmán la “pateó” y la llegada de la pandemia definió el grosero error.
Ahora, el Gobierno nacional acaba de postergar hasta el 24 de julio el plazo de negociaciones con los bonistas, a la espera de algún “guiño” de los mayoritarios que permita avizorar una salida.
Guzmán, y el Presidente por seguir los consejos de su ministro, subestimaron a los fondos con los que negocian. Por esa razón el país seguirá en default a inicios del segundo semestre, con las consecuencias que esa situación tiene sobre el sector público como el privado, en una crisis financiera muy profunda en el mundo.
Con la emisión monetaria como principal herramienta para inyectar recursos, la Casa Rosada ve con preocupación que paralelamente no recauda lo necesario para sostener el enorme déficit fiscal. ¿Hasta cuándo podrá imprimir billetes con tal de no ajustarse en los gastos, como lo viene haciendo desde hace mucho tiempo el sector privado?
No son pocos los economistas que avisaron lo más temido: lo peor, en este camino, está por venir. Inflación, profundización de la recesión, menor recaudación y reclamos de asistencia social (por el fuerte crecimiento de argentinos que caerán en la pobreza y la indigencia), serán un combo difícil de manejar. En particular, cuando la caída del PBI este 2020 supera todos los cálculos a medida que avanzan los meses de paralización económica.
Como forma de bajar la presión fiscal a los privados que no tienen como prioridad pagar impuestos; y, a su vez, de buscar levantar aunque sea levemente los ingresos, la AFIP anunciará en breve una “súper moratoria” para refinanciar deudas hasta el 31 de mayo de este año.
Las cuotas serían de 60, 96 y 120 meses de financiación, según se trate de impuestos, cargas sociales o aduaneras y si los solicitantes son PyME o grandes empresas.
Fronteras cerradas
Luego que PRIMERA EDICIÓN publicó el pedido de Encarnación para abrir de “modo inteligente” la frontera entre Paraguay y Argentina, la reacción fue unánime en Misiones en contra del mismo.
Según quién opine, el rechazo está vinculado a lo financiero o a la salud para evitar contagios de COVID-19.
Además del presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas, Sergio Bresiski, opinó que “ya tenemos una frontera muy permeable en toda la provincia y hoy como sociedad tenemos que exigir ser lo más impermeables posible, no podemos darnos el lujo de permitir porosidad a través del puente”.
Los comerciantes posadeños, que no repuntan del 30% de ventas en comparación con las que tenían antes de la cuarentena, saben que una apertura del viaducto entre Posadas y Encarnación sería muy perjudicial. Hoy, el dinero que pone el Estado provincial y el municipal para aguinaldos, bonos; o el nacional con el IFE y el ATP queda en la tierra colorada.
Fue el gobernador Oscar Herrera Ahuad que, durante el lanzamiento de créditos para el sector turístico, dio por cerrada la discusión fronteriza.
“Las fronteras deben seguir estando cerradas. Este es un tiempo epidemiológico donde no voy a aceptar que bajo ningún punto de vista se abran las fronteras, ni con un protocolo establecido”, aseguró el mandatario al ser consultado por el pedido encarnaceno.