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Unas semanas atrás, la joven pareja obereña integrada por Ailén Leal (21) y su esposo Alejandro Parra (19) se enteró que fue beneficiada con el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), un bono que el Gobierno otorga a los trabajadores independientes para pilotear las consecuencias generadas por el aislamiento obligatorio por la pandemia del COVID-19.
En ese momento, la pareja atravesaba por una difícil situación económica: “Mi esposo quedó sin trabajo con el tema de la cuarentena”, confió Ailén a PRIMERA EDICIÓN. Entonces, al recibir el dinero, decidieron invertirlo en un emprendimiento propio: un kiosko en su casa del barrio Molina, al norte de Oberá.
“No sólo nos alcanzó para comprar varias mercaderías, sino que además pudimos comprarnos un freezer. Ahora, soñamos con que el negocio crezca y que podamos vivir de esto”, resumió Ailen.
Meses atrás, Alejandro se ganaba la vida afuera de casa, en el sector de la construcción y con trabajos de pintura. Su empleo era la fuente principal de ingresos de su familia, constituida por su esposa y su hijito de 2 años, Jefferson Natanael. De repente, cuando se decretó el aislamiento social obligatorio, “mi esposo se quedó sin trabajo ya que todo se paralizó”, explicó la joven obereña.
Pero todo cambió al recibir una buena noticia: “Fuimos beneficiados con el IFE y a eso le sumamos el dinero que recibimos de la asignación familiar para hacer nuestro negocio. Ahora pensamos en dedicarnos a esto y salir adelante con nuestro local”, se ilusionó la mujer.
Crecer es la consigna
Entre las primeras cosas que compraron fue un pizarrón que colocaron en la vereda de su casa. Es allí donde Ailén escribe las ofertas y promociones con tizas de colores y letra de docente, porque su sueño es continuar sus estudios y convertirse en maestra jardinera.
“Cuando nos estabilicemos, voy a terminar el colegio y empezar la carrera. Me encantan los niños”, proyecta, antes de agregar que su esposo también tiene intenciones de retomar la cursada y recibirse del secundario.
Es que esta pareja está llena de proyectos de futuro e incluso ya piensa en la educación de su hijo Jefferson. A pesar de que este tiene apenas dos años. Esperan, con trabajo y esfuerzo, darle las mejores oportunidades posibles al pequeño.
Rápida respuesta
El local abre sus puertas todos los días en horario corrido desde las 8 hasta las 20, hasta el máximo permitido por la Municipalidad local.
Los vecinos, al enterarse del emprendimiento, comenzaron a comprar y hacer sus pedidos. Según Ailen, “nos va muy bien, estamos muy contentos y queremos que crezca” el negocio.
Las compras las realiza Alejandro, por el momento en una motocicleta. “Él va y viene, todo el tiempo. Más adelante compraremos un auto y vamos a poder trasladar más cosas, porque en una sola vuelta se comprará todo”.
Quienes quieran colaborar con la familia pueden hacerlo comunicándose al celular de Ailen: 3755-744244.