Se trata de la especie “Langostas del desierto” que pueden desplazarse hasta a 150 kilómetros en un día y que, si bien es una plaga rural, se convierte en urbana llegando a pueblos y ciudades.
De todas maneras, es un insecto que no afecta a la salud de las personas ni de los animales pero “puede impactar en la actividad agrícola en forma directa y a la actividad ganadera de forma indirecta, alimentándose de los recursos forrajeros y producir daños, también, en la vegetación nativa“, según la publicación “Noticias de la ONU”.
Esta manga de langostas ingresó el 21 de mayo pasado desde Paraguay hacia la provincia de Formosa, en donde se instaló definitivamente siete días después
La plaga partió del departamento de Pilagás, en el este de Formosa, y desde allí continuó avanzando hacia las provincias de Chaco y Santa Fe, impulsadas por el viento procedente del norte.
El martes pasado fueron avistadas en la región de Santa Fe, a 250 kilómetros de la frontera con Brasil.
Fernando Rati, experto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la Argentina dijo que la mejor manera de combatir la plaga es con fumigación aérea y haciendo un seguimiento en vivo.
“Con respecto a esta ola de langostas que puede llegar a Brasil en los próximos días y horas, el método de prevención más importante en este momento es un plan para monitorear cómo se mueven en tiempo real junto con las autoridades de Argentina y Uruguay”, afirmó Rati.
La FAO considera a la langosta del desierto “la plaga migratoria más destructiva del mundo”. Una nube de un kilómetro cuadrado de estos insectos puede consumir la misma cantidad de alimentos que 35.000 personas.
Fuente: Agencia de Noticias Télam