El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) presentó el lunes 22 de junio el Informe de ingresos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), que analizó los números de entre noviembre de 2017 y noviembre de 2018 en una muestra de casi 45.000 viviendas en todo el país.
En el informe se descubren grandes desequilibrios principalmente en términos per cápita (por cabeza) donde el 20% de los hogares de mayores ingresos gana en promedio 10,4 veces más que el 20% de los hogares de menores ingresos; las mujeres ganan 26% menos que los varones y en los trabajadores no calificados reciben un 76% menos que los profesionales.
En este marco se ratifica la histórica desigualdad que padecen las provincias del NEA (Misiones, Corrientes, Chacho y Formosa) en comparación con el resto del país.
La medición estableció que los ingresos familiares en el NEA se ubican 40,5% por debajo del promedio nacional, siendo los más bajos del país.
Ese dato se refleja también en los gastos. Un misionero, por ejemplo, gasta un 30,5% de sus ingresos en alimentos y bebidas no alcohólicas, mientras que una familia de la región Pampeana con ingresos 3,9% superiores al promedio del país, destina sólo el 22,8% a la canasta alimentaria.
Quiere decir que le queda un 10% más de sus ingresos para satisfacer otras necesidades o demandas familiares.
La Patagonia y el GBA son las regiones del país donde los hogares perciben mayores ingresos, mientras que el NOA y el NEA son las regiones de menores ingresos.
La brecha entre el ingreso per cápita familiar (IPCF) medio nacional y los regionales es de -40,5% para los hogares del Noreste (NEA) y de -32,1% y -18,9% para los de Noroeste (NOA) y Cuyo, respectivamente.
En la región Patagonia, los ingresos medios por integrante del hogar son un 26,8% más alto que la media para el total nacional.
Los hogares de las regiones Gran Buenos Aires (GBA) y Pampeana registran un IPCF medio que supera el promedio del país (11,2% y 3,9%, respectivamente).
Brechas y asimetrías
El ingreso promedio de los varones es superior al de las mujeres, tanto para los ingresos laborales como para los no laborales. Estas brechas se observan para todas las regiones.
Los asalariados registrados perciben, en promedio, 2,6 veces los ingresos laborales de quienes son asalariados no registrados.
El 96,4% de los hogares unipersonales de 65 años y más percibe una jubilación o pensión. En estos hogares, las jubilaciones y pensiones representan el 81,2% de los ingresos.
Del 20% de los hogares de menores ingresos se observa que casi la mitad percibe la Asignación Universal por Hijo. En estos hogares, la Asignación Universal por Hijo o por Embarazo representa el 10% de los ingresos totales.
Las regiones con mayores IPCF registran una menor proporción del gasto de consumo destinado a Alimentos y bebidas no alcohólicas. En las regiones de menores ingresos con respecto a la media nacional se incrementa la proporción del gasto de consumo destinado a esta división.
Los hogares con menores ingresos destinan una mayor proporción del gasto a la adquisición de alimentos y bebidas no alcohólicas es 34,5%.
En cambio, en los hogares de mayor poder adquisitivo el porcentaje del gasto en dicha categoría es sólo 15,7%.
A medida que aumenta el nivel de ingresos, decrece el uso de efectivo y se incrementan la tarjeta de crédito y otros medios de pago.
Asimismo, los hogares unipersonales de personas de 65 años y más obtienen sus ingresos mayoritariamente de fuentes no laborales (sólo el 11,9% de su ingreso es laboral).
En tanto, los hogares unipersonales más jóvenes muestran la relación inversa y la mayor proporción de los ingresos provienen del trabajo (81,5% de su ingreso es laboral).