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“Hice una promesa, sigo tomando, loqueando y fumando. No me importa más nada y lo voy a matar porque habló mal de mí”, anunció Dionisio Horacio Paniagua (34) a los familiares de Arnildo Boesing (58). Una semana después, de acuerdo a la investigación judicial, cumplió la amenaza.
Fue el miércoles 17 de abril de 2019, alrededor de las 20. A esa hora, tal como reconstruyeron los pesquisas, Paniagua se presentó en la vivienda de la víctima, ubicada en la calle José Hernández del kilómetro 8 de Eldorado, y tras irrumpir en el portón de entrada, lo acribilló a sangre fría con una escopeta calibre 36.
Boesing, quien se ganaba la vida como agricultor, murió prácticamente en el acto. El ahora imputado estuvo prófugo durante unas 30 horas, hasta que al verse acorralado por la Policía se entregó en una comisaría.
Ahora, a poco más de un año del crimen, la jueza de Instrucción 2 de Eldorado, Nuria Allou, que siguió la investigación del hecho, firmó la elevación a juicio.
Paniagua, conocido en la zona con el alias de “Burrito”, irá al banquillo de los acusados por el delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y amenazas simples reiteradas en concurso real”, indicaron las fuentes.
Acoso permanente
Siempre de acuerdo a la investigación judicial y los testimonios recabados por la Policía, Paniagua en reiteradas ocasiones amenazó a la víctima e incluso se lo manifestaba a sus familiares.
Primero fue al padre de Boesing, a quien le dijo mientras pasaba frente a su domicilio: “Voy a matar a tu hijo porque me llamó ladrón, hice una promesa y no me importa más nada, sigo tomando, fumando y loqueando o termino en la cárcel”.
Luego la pareja del agricultor contó ante los pesquisas que su marido le relató que el imputado lo amenazó dos veces. Una vez pasó frente a su casa mientras la víctima cortaba el pasto y le dijo “que lo iba a matar porque estaba hablando mal de él”.
La segunda vez, el ahora acusado apareció nuevamente en la parte de atrás de la casa de Boesing, más precisamente en la zona de chiqueros, donde insistió con sus dichos. Nadie imaginó que las amenazas podrían volverse realidad.
Lamentablemente, según consta en la resolución que firmó la magistrada, la noche del miércoles 17 de abril del año pasado Paniagua se presentó en la casa del agricultor. Los perros ladraron y por eso Boesing salió, desprevenido y sin tiempo a nada. Afuera lo esperaba el acusado, quien disparó sobre él a quemarropa con un arma larga y de alto calibre. Las lesiones le quitaron la vida casi en forma inmediata.
El individuo que apretó el gatillo se dio a la fuga, pero tras verse acorralado en el monte por los uniformados, unas 30 horas después del hecho se entregó en una comisaría local. A la par de esto, lo investigadores hallaron en una plantación de mandioca una escopeta calibre 36 (similar a un Winchester). Estaba a 300 metros del lugar en que se concretó el homicidio y bajo un árbol de kiri.