
Los primeros datos de la autopsia al cuerpo del hombre de 38 años que murió en un despiste el pasado viernes 19 de junio, en medio de una persecución y donde intervino Gendarmería Nacional, arrojaron que murió calcinado con quemaduras de hasta el 80 por ciento y no hubo otro golpe que provocara el deceso, como tampoco se comprobó que hubo disparos por parte de los efectivos que perseguían el vehículo de la víctima.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que la muerte del hombre, oriundo de Oberá, se produjo por las severas quemaduras al incendiarse el automóvil en el que viajaba tras evadir un control de dicha fuerza y despistar a metro del acceso a General Urquiza.
Si bien faltan resultados de las pericias de parafina a los cinco uniformados que perseguían el Renault Mégane, se descartó prácticamente que hayan disparado sus armas reglamentarias, ya que en el cuerpo de la víctima no se encontraron orificios de proyectiles.
Todo indicaría que el despiste se produjo mucho antes que llegara la patrulla. La velocidad del auto se estima entre 160 y hasta 200 kilómetros por hora antes del derrape y posterior choque contra una jirafa lumínica. Fuentes del caso manejan como principal hipótesis que el incendio del rodado se ocasionó justamente por ese choque.
También quedó casi descartado que el vehículo tuviera un impacto de bala. Se pensaba que uno de los neumáticos podía presentar un orificio similar a la de un proyectil pero las primeras pericias marcaron que la misma sería compatible con un elemento contundente como piedra o similar.
El acompañante de la víctima fatal fue dado de alta tras un día de internación. De acuerdo a las fuentes consultadas este Diario, el despiste, vuelco e incendio se produjo a las 13 del pasado 19 de junio a la altura del kilómetro 1.419 de la ruta nacional 12, a escasos metros al cruce de acceso a General Urquiza.
Roberto Carlos Yegros conducía un Renault Mégane junto a un joven de 19 años también radicado en Oberá y que al notar el puesto de control vial de Gendarmería en Santo Pipó habría acelerado la marcha como intento de fuga. La persecución finalizó cuando la patrulla se topó con el Mégane, que estaba en una zanja de desagüe de la zona.
La asistencia de los uniformados federales no tardó en concretarse y los heridos fueron derivados, el más grave hacia el hospital Ramón Madariaga. Pero Yegros arribó sin signos vitales.
La Policía secuestró en el lugar 265 gruesas con atados de cigarrillos de origen paraguayo por lo que se presume que se trataba de un contrabando. El juez de Instrucción de Jardín América, Roberto Sena, ordenó que todas las armas reglamentarias que portaban los cinco gendarmes (dos sargentos, dos cabos y un alférez) de la patrulla fueran también secuestradas para peritaje y se les practicara a todos ellos el test orientativo de parafina para determinar si dispararon o no.