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La pandemia cambió los planes que muchos tenían para este 2020 y los obligó a dar una vuelta de rosca para sobrellevar la crisis generada por el parate de las actividades a raíz del COVID-19.
Tal es el caso de tres jóvenes emprendedoras que se vieron forzadas a reinventarse para generar ingresos a sus hogares debido a que quedaron desempleadas en este tiempo.
Un caso es el de Ivana Brauvano (28), quien está cerca de recibirse de profesora de inglés y está cursando además el segundo año de la carrera de chef profesional. Antes de que comience la cuarentena dictaba clases en un instituto privado de inglés, pero se quedó sin trabajo. Esto la llevó a volcarse full time a la panadería y dulces caseros. Entre los productos que ofrece se encuentran panes blancos e integrales, budines, mermeladas de frutas como ser mandarina, pomelo rosado, frutillas y arándanos; entre otros.
“Si bien dictaba clases, también tenía el emprendimiento que se llama Masa Madre y desde hace un año ya estaba trabajando con panificados. Pero por la cuarentena me quedé sin trabajo en el instituto, por lo tanto ya no tenía ingresos por eso decidí volcarme 100% a está actividad porque las cuentas se deben pagar; al igual que mi carrera”, relató a PRIMERA EDICIÓN.
A la vez, contó que “antes vendía panes sólo los fines de semana, pero decidí incluir nuevos productos con la idea de atraer a los consumidores y así generar más ingresos”.
Agregó que “por eso decidí hacer mermeladas de todo tipo. Ahora estamos en temporada de todo lo cítrico por eso hago dulces de naranja, mandarina y pomelo rosado, pero hay personas que no les gusta estos sabores por eso sumé a la lista a la frutilla y los arándanos que son frutas muy ricas”.
Asimismo, señaló que “también tengo algunos productos para quienes son diabéticos; es decir que son sin azúcar y están endulzados con stevia. La idea es abarcar a más consumidores”.
Apuntó que “la idea es ofrecer al público un producto de calidad y a un buen precio. Esto se complica -muchas veces- porque la materia prima está en constante aumento lamentablemente; vas un día a comprar y está un precio, pero volvés a las semanas y ya tiene otro más elevado. Uno no quiere tocar el bolsillo del cliente pero a veces no queda otra opción”.
En relación al sistema de ventas, deslizó que la realiza por las redes sociales, grupos de compra venta y por el boca a boca. “Uso mucho Instagram y Facebook, las redes ayudan a que se sumen nuevos clientes”.
Ivana también enfatizó que es importante el reciclaje. “A quienes me dan un frasco, les hago un descuento en los dulces. Creo que esto también ayuda a que la gente se interese”. Para pedidos pueden comunicarse al celular: 3764-251105.
Sin turismo
Malena Tischler (30) es una profesional del turismo; sin embargo durante este aislamiento obligatorio su rubro se vio seriamente afectado y se quedó desempleada. Por esta razón, la joven decidió emprender en varias actividades para poder sobrellevar los gastos diarios de un hogar. Entre los que se destacan las ventas de budines, de ropa femenina y de mascotas.
Al respecto, mencionó que “mi primer emprendimiento es Alma Dolce. Este empezó a principios de la cuarentena con la venta de budines a pedido”.
Adicionó que “la comida es algo que siempre se vende y por eso me animé, ya que cuando fui estudiante tuve oportunidad de trabajar en repostería y adquirí un poco de experiencia”.
Asimismo, especificó que “una vez avanzada la cuarentena y habiendo perdido mi trabajo actual, surgieron otros emprendimientos. Uno de estos es el denominado Viva la Vida que es la venta online de ropa femenina, este lo llevo adelante en conjunto con dos amigas. Además sumé otro más que se llama Mascoteros y que es una tienda online de accesorios para mascotas”.
Malena detalló que las comercialización de cualquiera de sus productos lo realiza por Whatsapp (376-4103939) o por su Instagram personal.
Inversión y capacitación
Naila Noemí Falcón (23), es estudiante del profesorado de historia y decidió incursionar en un nuevo rubro durante este aislamiento: la lencería hecha por ella misma.
En conversación con este Diario dijo que “este es un proyecto propio, por eso decidí invertir en este rubro y porque me gusta mucho. Hago la producción de todo tipo de lencería y camisones”.
“Empecé a comprar todos los insumos, aunque algunos al principio no conseguía debido a que no llegaban por la pandemia”, recordó y agregó que “tenía un ahorro y con eso me compré la máquina de coser, así pude ir generando un poco de ingresos y también reponiendo los insumos como ser telas, argollas o todo lo metálico”.
En cuanto a su preparación, especificó que “hice un curso intensivo de lencería”. Añadió que “veo que no hay mucha lencería en talles grandes y yo tomo pedidos en talles 7, 8 o 9 por ejemplo”.
“La idea es ir sumando clientes y que este proyecto vaya creciendo de a poco. Por ahora estoy generando poco a poco mis ingresos”, remarcó. Se pueden hacer pedidos al celular: 3764-759453.