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“Mi hija me dijo: ‘Alberto mató a mamá, yo estaba durmiendo ahí cerca, él la mató’”. Rubén Darío Dos Santos (38) vive en el barrio Santa Rita de esta capital y es el padre de la niña que a los seis años halló a su madre, Yanina Andrea Benítez (24), inerte por estrangulamiento. La menor es la testigo clave del femicidio de la madrugada del sábado 18 de octubre de 2014 en una vivienda del barrio Unido de Garupá.
Ayer fue el último testigo en declarar durante la segunda jornada de juicio oral a Jorge Alberto Gauna (30) acusado de “homicidio calificado por el vínculo”. Frente al Tribunal Penal 2 resumió la trágica mañana en que debió correr hasta la casa de su expareja para consolar a su hija que había quedado encerrada en la vivienda pidiendo auxilio a gritos porque a su madre le brotaba espuma y sangre por la boca y ya no respiraba.
Buscó ser preciso en cuanto a detallar su relación con Yanina Benítez y la crianza de la niña de ambos. Pero también describió al imputado: “Para mí (Gauna) era un hombre extraño, mi hija me decía que él no la trataba bien. Incluso Yanina también me reconoció que la golpeó a ella una vez, que era un tipo violento”. “Me preocupaba la situación porque según mi hija, las discusiones eran constantes”.
Sobre la salud de la menor relató: “Está caída emocionalmente, pregunta por su madre, hasta me pidió venir al juicio, pero estamos enfrentando la situación como podemos, no es nada fácil”.
En cuanto al momento en que la niña golpeó una puerta de vidrio con una cacerola hasta trincarla, mientras gritaba por ayuda porque halló a su madre sin vida, una vecina de la casa de la calle Brasil casi Paraguay del barrio Unido, también dio su testimonio ayer.
Valentina Oviedo señaló: “Ya eran las 0.30 o 1 del sábado (18 de octubre) cuando escuché gritos de una discusión. Después pasadas las 3 cuando volvió mi hija de un casamiento, también escuché que el auto de mi vecino (Gauna) salió y se fue. El no hablaba con nadie en el barrio, ni me saludaba. Hacía dos o tres meses que Yanina vivía ahí con sus hijos y este hombre”.
Lucía Elizabeth Figueredo fue la oficial que recibió a Gauna el sábado 18 de octubre de 2014 en la Comisaría de La Mujer de Fátima. Fue la primera testigo en declarar ayer: “Apareció en la guardia a las 10 y dijo que venía a denunciar que se había retirado del hogar conyugal. Me dijo: ‘Me fui porque discutí con mi mujer’”. También remarcó la insistencia que puso para pedir que “fuera un móvil de la policía para ver si su pareja estaba bien. También repetía que habían forcejeado y que el tenía en sus brazos a su hijo de cinco meses y la empujó, cayó sobre la cama y él se fue”.
Manifestó también que mientras esta entrevista se realizaba desde la seccional Quinta comunicaron que en el barrio Unido habían encontrado a una joven asesinada.
Se trataba de Yanina Benítez. Fueron los últimos segundos de libertad de Gauna. Al menos hasta hoy, que se oirán los alegatos y el tribunal cerca del mediodía definirá un veredicto.
“No tuvo más Día de la Madre”
Yésica Benítez tiene 31 años y es un año mayor que Yanina, su hermana asesinada el 18 de octubre de 2014. Ayer por la mañana se acercó hasta la puerta del Tribunal Penal 2 donde juzgan a su excuñado Jorge Alberto Gauna. Buscaba algún detalle o voz que la aliviara pero también tenía para decir, principalmente sobre el estado emocional de su sobrina, hoy de 12 años. “Es muy difícil contenerla, está mal emocionalmente, está en una etapa de rápido crecimiento, necesita mucho de su mamá. Estos años fueron complicados, trata de vivir con el trauma constante de haber visto a su mamá muerta”.Sobre Gauna también declaró ante la consulta de PRIMERA EDICIÓN: “El estaba muy consciente cuando la mató, nada de emoción violenta o locura, mató a mi hermana y la dejó a mi sobrina encerrada con el cadáver”. “Yo confío en el fiscal y los jueces, que harán cumplir la ley y condenarán a prisión perpetua al que hizo esto. A nosotros no nos cambia lo sufrido, no devuelve la vida de Yanina. Que pague por semejante daño, impiadoso. Y si sale en pocos años lo volverá a cometer, no tengo dudas”.
“No puede seguir ocurriendo esto, que un hombre asesiné a su pareja porque ella se quiere separar. Mi sobrina desde el 2014 no tuvo más día de la madre ni un cumpleaños feliz. Cuando una niña está triste y se pone a llorar busca el abrazo de la madre. Esta criatura no lo puede hacer”.