La cadena agroindustrial argentina, junto con la economía del país sudamericano, ingresó en una zona de riesgo al fortalecerse un escenario de restricción hídrica para el segundo semestre de 2020.
Esta semana el pronóstico elaborado por Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI) indicó que existe un 54% de probabilidad de ocurrencia de un evento “Niña” en el último cuatrimestre de 2020.
El pronóstico, que coincide con el promedio de pronósticos de lago plazo elaborados por los principales centros de investigación climática globales, prevé que el evento “Niña” comenzaría a desactivarse a partir de febrero de 2021 para ingresar en una fase “Neutra” (como la vigente en la actualidad).
La última vez que la Argentina atravesó una fase “Niña” en el fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la oscilación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, registró una sequía que provocó un desastre productivo en la cosecha gruesa.
En la campaña 2017/18 la cosecha argentina de soja fue de apenas 37,7 millones de toneladas, mientras que la de maíz cayó para ubicarse en 43,4 millones de toneladas, según datos oficiales.
En el escenario climático planteado por CPC/IRI los cultivos de granos gruesos de siembras tempranas (soja de primera y maíz temprano) serían los más comprometidos, mientras que los tardíos y de segunda estarían mejor posicionados, dado que el período crítico de formación de vainas en soja y floración en maíz ocurriría recién bien entrado el año 2021.
Vale recordar que el pronóstico puede no llegar a cumplirse o, en caso de presentarse, podría manifestarse con una potencia débil, además de que el mismo, si bien es un factor global determinante de la variabilidad climática, está influenciado en el Cono Sur por otros factores sustanciales como la dinámica del vórtice polar (el cual sólo puede ser predicha con una o dos semanas de anticipación).
Los pronosticadores agregan que es pronto para saber exactamente cómo y si efectivamente se desarrollará el próximo episodio potencial de La Niña: y lo que será clave es determinar la intensidad del evento.
Desde Reuters agregan que en la campaña 2017/18 hubo anomalías más fuertes en la temperatura de la superficie del mar. Además, durante cuánto tiempo este presente también importa. En 2017-18 se produjo una anomalía de frío mucho más fuerte de noviembre a marzo. Si se hubiera debilitado antes, el alivio podría haber sido mayor. Esto preocupa particularmente a la Argentina por las condiciones secas que presentan actualmente Córdoba y Santa Fe.
La Bolsa de Comercio de Rosario recortó esta semana la estimación de producción para la cosecha de trigo. “Si no se produce en la segunda quincena de julio una inusual entrada de aire tropical, similar a la de mediados de junio, las lluvias no llegarán a las regiones más necesitadas”, comentó José Luis Aiello, Doctor. en Ciencias Atmosféricas.
Un posible ganador de un evento de La Niña a fines de 2020 es Australia, un importante competidor en el mercado de trigo argentino. Australia tuvo tres cosechas seguidas afectadas por sequías, pero un enfriamiento del Pacífico podría ayudar a las precipitaciones de la región.
Las perspectivas para Australia ya son mejores este año, ya que los primeros cinco meses de 2020 fueron más húmedos que el promedio. De hecho, esperan la mayor cosecha de las últimas cuatro campañas.
Que significa la Niña
El fenómeno denominado “El Niño” consiste en un calentamiento anómalo de las aguas superficiales del Océano Pacífico Ecuatorial Central y Oriental. El fenómeno complementario denominado “La Niña” consiste en un enfriamiento de las mismas aguas.
El fenómeno surge de la interacción de factores oceánicos y atmosféricos. Los institutos internacionales de predicción climática poseen modelos acoplados de simulación del comportamiento del mar y la atmósfera, que permiten predecir la evolución del sistema.
Pronostican condiciones de temperatura del mar, pero no lluvias. Para poder hacer una conexión entre estas variables, lo cual es trascendente para poder determinar una tendencia climática, es necesario conocer los impactos regionales que El Niño o La Niña suelen tener.