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La suspensión de las clases presenciales para prevenir los contagios por COVID-19 trajo consigo el aumento inusitado de la morosidad en el pago de las cuotas por parte de las familias a las instituciones educativas de gestión privada. Según el presidente de Servicio Provincial de Educación Privada de Misiones (SPEPM), Gustavo Lezcano, la morosidad en Misiones es muy alta y ronda entre el 70 al 80%. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, indicó que “la morosidad implica que no se ha cortado la cadena de pago pero hay una reducción en el ritmo de recaudación. Es decir los padres no están pagando en tiempo y forma las cuotas de las escuelas de sus hijos. Incluso, desde el SPEPM hemos pedido a las escuelas que tomen medidas paliativas y traten de acompañar esta situación con distintos tipos de planes de financiación y sistemas de becas. Recién vengo de uno de los colegios más importantes de Posadas que tiene 1.800 alumnos y 500 de ellos están becados a raíz de esta situación de pandemia. La mayoría de las instituciones educativas privadas de Misiones responden a mandatos sociales y están atendiendo y contemplando esta situación socio económica crítica de las familias, están acompañando y aggiornándose para hacer frente a este situación”, aseguró.
Falta de dinero ¿o un prejuicio?
Lezcano recordó que, a diferencia de las escuelas de Capital Federal, las de Misiones están fuertemente subvencionadas y por ello, cobran cuotas muy accesibles. En la actualidad, Misiones tiene 228 escuelas de gestión privada y 220 de estas cuentan con subvención estatal, aunque no todas tienen el 100% de los sueldos docentes subvencionados por el Estado.
“Pese a que el valor de las cuotas no es muy alto, la situación social es crítica y entendemos que afrontar cualquier valor es hoy una dificultad para muchas familias. También es cierto que creemos que la gente percibe -equivocadamente- que los colegios tienen menos gastos en cuarentena pero eso es erróneo y muy aventurado porque los gastos son fijos y no se modificaron durante estos meses de no presencialidad: impuestos, servicios, pago de personal de maestranza. Incluso el gasto de energía eléctrica, que es el único servicio que podría haber bajado, se mantuvo o descendió en forma muy poco significativa, según el relevamiento que hicimos desde el SPEPM. Además, hay escuelas que alquilan su edificio y obviamente tienen que seguir pagando el alquiler, también al personal de maestranza a pesar de la virtualidad”, remarcó Lezcano.
En este contexto, el funcionario indicó que “como Estado, tratamos de acompañar desde lo pedagógico y, dentro de lo posible, desde lo financiero, porque es una situación inédita. Es muy importante la presencia del SPEPM se note cercana para acompañar este proceso, tenemos que aprender de nuevo y desaprender muchas cosas. Estamos recorriendo las escuelas a lo largo de la provincia para conocer la realidad de cada una”, contó.
Un gasto extra
Otro tema que preocupa a las instituciones educativas de gestión privada son los gastos que deberán hacer frente para garantizar la bioseguridad de sus alumnos, docentes y familia (alcohol, alcohol en gel, sanitizante y cartelería entre otros) al regreso de las clases presenciales.
A la ya difícil situación económica del sector, afectado por la morosidad en el pago de las cuotas por parte de sus alumnos y la necesidad de seguir haciendo frente a los costos laborales del personal docente y no docente no incluidos en la subvención estatal, además de los gastos fijos de servicios e impuestos, se le sumarán los materiales e insumos para evitar contagios masivos de COVID-19 entre la comunidad educativa. Lezcano recordó que las clases se realizaron esta primera mitad del ciclo lectivo en una modalidad distinta, “algunas instituciones ya venían trabajando con plataformas antes de la pandemia por lo que solo se aceleró el proceso. Esto implicó capacitar a los docentes, directivos, pelear con los problemas de conectividad… todas estas situaciones nos van a fortalecer a mediano y largo plazo porque estos cambios llegaron para quedarse”.
“Sin una reserva, los meses más duros serán enero y febrero”
Que las escuelas de gestión privada estén pasando mal hoy porque los padres pagan con mucho retraso las cuotas es un hecho, pero la situación puede empeorar sustancialmente si los meses que siguen los colegios no logran juntar una pequeña reserva para los dos meses que no tienen ingresos en cuotas. Al respecto, la presidenta de la Asociación de Instituciones Educativas Privadas de Misiones (AIPEM), Delicia Olivera, indicó a PRIMERA EDICIÓN que “creo que para las escuelas de gestión privada los meses más duros van a ser los del receso de verano, esperemos poder hacer una reserva en los meses anteriores para poder cubrir los gastos durante enero y febrero. Esta es la gran preocupación que tenemos, cómo vamos a afrontar los cargos no subvencionados, aguinaldo y aportes… el panorama que se viene para fin de año es todavía más complicado que el actual”.
Según precisó Olivera, muchas instituciones están gestionando una mayor subvención del SPEPM para poder seguir adelante, “contamos con el apoyo de las autoridades del SPEPM para salir en auxilio de las instituciones más pequeñas y con muchas necesidades, eso lleva un poco de alivio al sector”.
“Hay escuelas que no pueden cubrir sus costos”
Según recordó, “cuando vimos que la situación de la pandemia se extendería varios meses, desde AIPEM aconsejamos a las instituciones conjuntamente con el SPEPM que vean todas aquellas flexibilizaciones que puedan implementar para facilitar el pago a las familias y de hecho, la gran mayoría, redujo las cuotas, otorgar las becas que reglamentariamente siempre se otorgan en un porcentaje determinado según la subvención de cada escuela y siempre viendo las necesidades de las familias porque nos interesa cuidarlas”.
Olivera señaló que no se puede unificar la realidad de los colegios, “hay algunos en situaciones mucho más críticas, las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA) están tratando de cubrir la luz con lo que producen, hay escuelas que son muy chicas que no están pudiendo cubrir todos sus costos… porque el Estado nos ayuda con el salario de los docentes y muchos casos no cubre el 100%, por lo que la institución tiene que hacerse cargo de eso, pagar a los porteros y además, debemos pensar en todos los insumos que tenemos que comprar si es que llegamos a volver a clases presenciales pronto”.
Cadena de morosidad
La presidenta de AIPEM, referente de una institución de Dos de Mayo, señaló que “así como hay morosidad en el pago de las cuotas, las instituciones educativas también están pagando con mora sus propios gastos, es una cadena. Hay pagos que no se pueden evitar, por ejemplo los de obra social y el seguro de vida de los docentes porque la AFIP no perdona; pero algunas escuelas hicieron arreglos con las cooperativas eléctricas para poder pagar el servicio en cuotas. También tenemos que mantener el seguro escolar de los chicos aunque, en muchos casos, las aseguradoras redujeron el valor un 40%, aún así algunas escuelas no pudieron seguir pagándolo”.
Consultada acerca de si la morosidad en las cuotas responde al profundizamiento de la crisis económica por la pandemia o que, ante la ausencia de clases presenciales, muchas familias presuponen que las escuelas redujeron sus gastos, Olivera indicó que puede tratarse se una conjunción de ambas cosas, “habría que analizar cada caso pero creo que los dos factores están afectando, a veces son las familias con menos recursos las que más esfuerzos hacen para pagar las cuota. En Dos de Mayo nos acercamos a la familias de nuestros alumnos, nosotros tenemos otro factor en contra que es la falta de conectividad, con algunos pudimos hacer un contacto por Zoom y fuimos a las casas de los que viven más alejados. Tratamos de mantener contacto con todas las familias”, destacó.
Capacitación
AIPEM inició la capacitación del personal docente y no docente para la correcta aplicación de los protocolos. Comenzaron con reuniones con representantes legales y directivos, la semana que viene será con secretarios.