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Estamos al tanto de cómo cuidarnos del frío y qué medidas tomar para no contagiarnos del coronavirus pero… ¿sabemos cuidar nuestro corazón?
Para responder a esa pregunta, se deben tener en cuenta tres cuestiones centrales: la alimentación, la actividad física y la salud emocional. Todas ellas, se vieron afectadas en mayor o menor medida por el COVID-19.
En Argentina, así como en el resto del mundo, “vimos con mucha preocupación que se redujeron a la mitad las consultas de personas con dolores agudos de pecho”, dijo a FM 89.3 Santa María de las Misiones, el médico especialista en cardioangología intervencionista y expresidente de la Asociación Argentina de Cardiología, Daniel Berrocla.
“Es un excelente consejo decir ‘quédese en casa’ por el coronavirus, pero yo le sumaría ‘no se quede en casa si cree que puede tener un problema cardiovascular’. Hay que saber hacer un equilibrio: quedarnos en casa pero ante cualquier sospecha, consultar inmediatamente”, aconsejó.
Y al respecto, señaló que “en nuestro país bajaron a la mitad las consultas por infartos, mientras que la letalidad por infartos se duplicó. Esto quiere decir que, los que asistieron al hospital, llegaron tarde por el temor al contagio de COVID-19”.
No ejercitarse afecta más psicológicamente
En cuanto a la actividad física, Berrocla aseguró que “es una de las cuestiones que más preocupa a la gente porque piensan que por no ejercitarse, está poniendo en riesgo su salud cardiovascular”.
Sin embargo, el médico aseguró que “el efecto positivo de la actividad física es muy lento y crónico, a tal punto que el hecho de no hacer actividad física afecta más a lo psicológico que a lo verdaderamente cardiovascular”.
Por lo tanto, “les aconsejaría que no se preocupen si no pueden salir a correr o caminar porque en realidad eso puede esperar y no va a generar ningún daño”, sostuvo.
Por otra parte, destacó que lo que sí tiene una gran influencia en el aparato cardiovascular, es la salud emocional: “Los pensamientos negativos, el estrés o la depresión, afectan a todos los aparatos del cuerpo: cardiovascular, digestivo y hormonal”, dijo.
Y en este sentido señaló que “cuando uno habla de corregir los factores de riesgo como el cigarrillo, la dieta y sedentarismo, todas estas cosas tienen recetas para poder modificarse, pero el estrés cotidiano es lo más difícil de reducir, principalmente en las grandes ciudades”.
Por ello, el especialista recomendó “aprender las herramientas para manejar las ansiedades”.
Derribando mitos
Finalmente, Berrocla se propuso derribar algunos de los mitos más comunes que giran en torno al cuidado del corazón.
Al preguntarle si la hipertensión influye en los problemas cardíacos, el médico dijo que “hay que prestar mucha atención ante un dolor muy fuerte en la nuca y presión alta, porque significa que el sistema cerebro vascular está sufriendo y esta siendo sometido a una presión que no es habitual”.
En este sentido, “el dolor de cabeza puede tener que ver con la presión arterial alta, aunque también hay que tener en cuenta que la gente que suele tener presión alta, ya no experimenta dolores de cabeza porque su cuerpo se acostumbra a esos altos porcentajes”.
Con respecto a la creencia popular de que hay que tomar una aspirina diaria para fortalecer el corazón, Berrocla manifestó que “la dosis recomendable es 100 miligramos y no más porque es excesivo y aumenta la posibilidad de tener problemas digestivos”.
Sin embargo, destacó que las únicas personas que deben tomar una aspirina por día son “los pacientes que ya tuvieron algún tipo de problema cardiovascular. El resto de las personas no, porque ya se demostró que si no tuvieron síntomas lo que hace es agregar problemas de hemorragias y no reducen riesgo a problemas cardiovasculares”, sostuvo.
Por último, en cuanto a la automedicación, el médico se mostró preocupado ya que “se cree que la falta de consultas, aumenta la automedicación que puede ser potencialmente riesgosa”, concluyó y reiteró que ante cualquier molestia, lo mejor es “comunicarse con su médico para contarle lo que le pasa y que él o ella lo asesoren”.
“En caso de no tener un médico de cabecera, es importante que llame a algún hospital o tipo de asistencia médica para que un profesional diga si el síntoma es significativo o no”.
Y en este sentido recalcó que “es más riesgoso ir a un almacén que ir a un hospital, porque los hospitales están con todos los controles para evitar un contagio”.
Síntomas
Incluye desde los musculares como dificultad para caminar, inestabilidad, músculos rígidos, parálisis con músculos débiles, parálisis de un lado del cuerpo, problemas de coordinación o reflejos hiperactivos; visuales como pérdida repentina de la visión, pérdida temporal de la visión en un ojo, visión borrosa o visión doble; en el habla como dificultad en el habla, habla mal articulada o pérdida del habla; y otros como confusión, dificultad para tragar, dolor de cabeza o movimiento ocular involuntario y rápido.
Sin embargo, por lo general “el que ya tuvo algún tipo de enfermedad coronaria, o algún problema cardíaco, ya los conoce… Pero el que no tiene antecedentes, yo creo que cualquier síntoma vinculados a dolores en el pecho, hombros o muñecas y la falta de aire inesperada que no tenga ningún tipo de explicación, son alertas para consultar al médico”, dijo.