La crisis profunda que vive la Argentina, de arrastre de los años de Mauricio Macri y profundizada por la pandemia, hizo que diversos sectores productivos hasta la CGT pidan las Gobierno nacional la implementación de medidas para no sumir más al país en una mayor recesión, que hoy parece inevitable.
En la Casa Rosada recibieron el reclamo y, en oportunidad lanzaron el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) en su cuarta versión, el presidente Alberto Fernández anticipó que se vendrán 60 decisiones de su gestión en breve.
Fue cuando el jefe de Estado dijo que “hemos vivido pandemias sin virus. Hubo otras pandemias que vivió la Argentina sin que ningún virus haya pasado. Y esas pandemias arrasaron con más de 20.000 PyME en cuatro años y destruyeron un montón de trabajo industrial”.
Sin dudas que el Frente de Todos espera pronto cerrar el complicado escenario de renegociación de la deuda externa con los bonistas extranjeros, que viene aún con indefiniciones producto del mal manejo del ministro de Economía, Martín Guzmán.
Tal vez sea ese el momento en que Fernández haga los otros anuncios que generan expectativas a medias. Es que el mandatario sostuvo a inicios de la semana pasada que no cree en los planes económicos, puesto que no han tenido resultados positivos para la Argentina.
Varios economistas que sí creen que hace falta trazar un plan para ser ejecutado por los cientos de funcionarios gubernamentales, plantearon dudas respecto de la efectividad de las medidas sin un eje conductor.
Aseguraron que no servirá tener medidas dispersas como se pretende, si no es visible el plan de trabajo general que la gestión pretende poner en marcha, poniendo énfasis en que debe ser conocido por los diferentes sectores ya que éstos planifican en base a las previsiones del país.
“Es el mismo absurdo que decir ´tengo el objetivo de subir el Aconcagua, pero no me preparo y no tengo un plan para hacerlo. No sé si es mejor en verano o en invierno, si puedo o no llevar un pico y ornamental para subir”, opinó el economista Alfonso Prat-Gay, expresidente del Banco Central.
Cada minuto cuenta en un país donde la capacidad ociosa de su producción llega casi al 60%, donde el desempleo crece porque hay más empresas que no resisten el contexto grave, y donde los principales centros industriales del país siguen parados o a menos de media máquina por la pandemia.
Basta con observar los indicadores negativos oficializados esta semana, para comprender la profundidad de la recesión. El nivel de la actividad económica registró en mayo un retroceso de 20,6% interanual.
El costo de la Canasta Básica Total para una familia integrada por dos adultos y dos menores, se ubicó en $43.810,70 para no caer debajo de la línea de la pobreza.
Cabe recordar que la Nación entregó un Ingreso Familiar de Emergencia por apenas $10 mil y paga ATP por un salario mínimo de $16 mil a quienes no pudieron trabajar por el aislamiento obligatorio o no cuentan con ingreso alguno.
Finalmente, el dólar “blue” alcanzó una nueva marca récord de $140 el viernes, con una suba de $10 en apenas cinco días.
Para la mayoría será peor
En una mirada por demás optimista, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo que la actividad económica “ya se está recuperando” y que la industria cayó 33% en abril pero ahora, de acuerdo con su consumo eléctrico, está todavía 12% abajo en comparación con el período previo a la pandemia.
Un poco más realista estuvo el exviceministro de Economía kirchnerista, Emanuel Álvarez Agis: “Estamos transitando el peor shock macroeconómico en la historia mundial y Argentina no va a ser la excepción. El coronavirus es más grave que la crisis del 2001”.
La CGT, que viene asistiendo silenciosa a los reclamos de las bases por la profunda crisis, anticipó que están dispuesta a ayudar, si hace falta. Se mantuvo en la no conflictividad con el Gabinete “albertirsta”, al menos por ahora.
Paralelamente se conoció la Encuesta de Expectativas de Ejecutivos de IDEA , en la que el 97% de los empresarios consultados informó una caída de la economía en el primer semestre del año. De esa inmensa mayoría, un 38% pronosticó que será “mucho peor” y un 25% analizó que será “moderadamente peor”, mientras que una tercera parte confía en una tendencia hacia la mejora para el próximo período.
Los hombres de negocios le reclamaron al Gobierno nacional que incentive el trabajo con “cambios en las condiciones de contratación e incentivos fiscales” como “factores clave para mantener y generar empleo”.
¿Se vienen cambios en el Gabinete?
Cuando el río suena, agua trae. Desde hace tiempo, la posibilidad de producirse cambios en el Gabinete nacional viene instalándose en la agenda de debate mediático-político.
Entre los funcionarios que se mencionaron con insistencia, a los que adjudican un “fuerte desgaste” ya sea por aporte propio como por la emergencia que generó la pandemia de COVID-19, están:
• Martín Guzmán por su pésima actuación con la deuda externa. Aquí suenan desde Axel Kicillof (actual mandatario bonaerense), hasta el expresidente de YPF y hombre de confianza de CFK, Miguel Galuccio.
• Santiago Cafiero, al que considerarían como “poco articulador” del Gobierno con los diferentes sectores. Suenan nombres de Wado de Pedro (actual ministro del Interior) hasta el de Aníbal Fernández, que ocupó la Jefatura en mandato K.
• Matías Kulfas, por críticas al manejo de Desarrollo Productivo en la pandemia. Aquí se menciona a la economista Cecilia Todesca, actual vicejefa de Gabinete.
• El misionero Sergio Lanziani, ya que se pretendería conformar un Ministerio de Energía y Minería donde estarían anotado Aníbal Fernández, Federico Bernal o un hombre de Galuccio.
• Ginés González García, cuyas declaraciones de los últimos días habría producido profunda irritación puertas adentro de la Casa Rosada. Especialmente cuando declaró haber hecho mal los cálculos del impacto del coronavirus para el país.
• Felipe Solá: el Canciller no pasaría un momento de comodidad en la gestión. La falta de “sintonía” con Fernández prácticamente lo borró de la escena política. Incluso sufrió el “fuego amigo” de Alicia Castro, a quien le frenaron la designación en la Embajada en Rusia por su afrenta. Suena el exembajador en el Vaticano, Eduardo Valdes.
Según los que conocen las diferencias internas, en el Instituto Patria y algunos sectores de la CGT se generaron resistencias a los mencionados que, a su vez, cuentan con el apoyo de Alberto Fernández. Hasta ahora, el Presidente se negaría a cualquier cambio de nombres.
Misiones, zona franca
Parte de los colaboradores de Fernández se entrevistaron online esta semana, con una decena de gobernadores para consultar medidas necesarias para la llamada “pospandemia”.
Oscar Herrera Ahuad planteó la necesidad de “tener una política tributaria diferenciada”, un reclamo histórico de la provincia que lleva varios años, como la implementación del artículo 10 de la Ley de PyME que nunca se reglamentó.
“Hace cuatro meses que la frontera está cerrada y el sistema productivo de la provincia se mantuvo”, graficó Oscar Herrera Ahuad.
Al parecer, en la teleconferencia se habría intentado trabajar desde el centralismo nacional sobre una ciudad como “zona franca”.
Pero el mandatario habría opinado que “es imperioso que la Argentina central nos mire y comencemos a trabajar en una política tributaria diferencial en un marco fronterizo. En esto hay un planteo de una zona franca global. Yo no quiero una zona franca para un solo pueblo como fue con el ITC diferenciado en el combustible que, en su momento sólo se otorgó para Posadas. Creo que Misiones debe tener una zona franca global en los 92 por ciento de frontera con Brasil”, enfatizó. Ese posicionamiento obtuvo apoyo de entidades mercantiles empresarias, que salieron públicamente a apoyar la postura.
Misiones se plantó también esta semana, con apoyo del rubro turístico-gastronómico, ante el ministro de Turismo nacional Matías Lammens al reclamarle al Frente de Todos que se declare la emergencia del sector y no el proyecto de ley que cuenta con media sanción al que le “bajaron el tono”, para terminar llamándolo de “recuperación” del sector.
Le dejaron en claro que hay ciudades como Puerto Iguazú que viven del producido del turismo y hoy atraviesan una grave emergencia. Más allá de la discusión de conceptos, creen que una declaración más contundente conseguirá más herramientas fiscales ante la crisis.