
“Le maté a ese desgraciado, le prendí fuego la casa y le robé y oculté sus cosas”, le dijo el individuo al cantinero y le pidió otro vaso de caña.
El hombre detrás de la barra le contó luego a la policía que eso fue “el pasado jueves a la noche y que en ese momento al cliente no le creyó ni una sola palabra, pues estaba borracho”.
El viernes siguiente y a varios kilómetros de ese lugar el dueño de una chacra encontró la vivienda de madera de su cuidador totalmente quemada y que además, no estaba su empleado y le faltaba un lechón.
El propietario del predio donde estaba el inmueble reducido a cenizas avisó de inmediato a la policía, que se dirigió a la escena, ubicada en una zona rural conocida como paraje Sierra Morena, a unos 35 kilómetros del casco urbano de Wanda. Fue allí que los efectivos hallaron restos óseos humanos.
Debido a que era de noche, una comisión judicial-policial estuvo presente recién para pericias y en el lugar al otro día, es decir el sábado.
De esta manera el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Martín Brites, quien encabezó el operativo, ordenó el levantamiento de los restos óseos y que los mismos sean sometidos a prueba de ADN para futuros cotejos.
Es que el empleador de la víctima no contaba con sus datos, teniendo en cuenta que tenía una relación laboral informal con el mismo. Solamente se sabe que podría llamarse Silvino Cardozo, de unos 56 años y que al parecer era de la zona.
Sobre la identidad del confeso asesino, sólo se sabe que respondería al apodo de “Marciano”.
Este individuo unos días antes de ir a tomar caña había ido a comprar al mismo comercio vino para llevar. Por ello no se descarta que podría haber compartido una ronda de bebidas con la víctima y que por motivos aún desconocidos lo atacó mortalmente, quizás quemando el lugar para borrar todo tipo de pistas.
Fue así que, poco después y alcoholizado, contó lo que había hecho. Refuerza esta teoría que entre los escombros hallaron numerosos envases de bebidas alcohólicas.
Columna y extremidades
Voceros del caso confiaron que aunque restan las pruebas forenses, a simple vista se pudo establecer que los restos óseos hallados en la vivienda incendiada son humanos. Se distingue una columna vertebral y extremidades que pertenecen indefectiblemente a una persona, debido a que los demás restos quedaron carbonizados, agregó una fuente.
El paso siguiente de los pesquisas en el laboratorio sería determinar sexo y edad. Mientras tanto continúa la búsqueda del individuo que se adjudicó el homicidio. En cuanto al día y horario del crimen se cree que pudo ser entre el miércoles pasado y el jueves. Es que la chacra en el paraje Sierra Morena contaba con dos cuidadores.
Uno se encargaba de las huertas y se marchó a su domicilio el martes, día en que perdió contacto con su colega. El que cuidaba los animales se cree que fue el asesinado y luego quemado.
Personal policial allanó en las últimas horas el domicilio de “Marciano”, donde solamente encontraron a los padres del mismo. Los progenitores residen con el sospechoso y no aportaron mayores datos.