Ayer martes estaba previsto que comenzara el juicio contra un sargento de policía acusado de abuso sexual de sus hijastras y el de su pareja sospechada de encubrirlo. Debió suspenderse por solicitud de una de las partes intervinientes y se barajan fechas a determinar para los próximos días por una causa iniciada a mediados de 2017 en Puerto Iguazú.
El Tribunal Penal de Eldorado pospuso la primera audiencia de debate en la que se intentará esclarecer lo sucedido a tres niñas entre los 7 y 14 años, víctimas de los vejámenes presuntamente de su padrastro hoy de 57 años.
Según la acusación, el integrante de la fuerza policial comenzó una relación de pareja y de convivencia con la madre de las menores, una mujer de 41. Vivieron juntos por un lapso de un año y ocho meses. En ese tiempo el concubino, siempre de acuerdo a la elevación de la causa a juicio, se aprovechó de la convivencia para abusar de las menores.
Habrían comenzado días antes de la Navidad de 2016. El acusado se valió del viaje de compras de su pareja a Paraguay. Mandó a jugar al patio a las hermanas y a un hermano, y se quedó dentro de la casa con la mayor, donde con uso de la fuerza la accedió carnalmente.
Esto se habría repetido quince veces. Además de padecer trastornos físicos la menor empezó a sufrir ataques de pánico y depresión. Le contó a su madre el padecimiento cuando notó que a su hermana también le ocurría lo mismo. La madre no le hizo caso y le dijo que el agresor “sólo quería jugar”.
Pero lo que empezó con manoseos a su segunda víctima escaló también al acceso carnal. Pero tampoco la más pequeña de las tres escaparía de las intenciones sexuales de su padrastro.
Según se detalla en la imputación, en una oportunidad el hombre le pidió que le hiciera masajes y fue así que comenzó el mismo calvario de sus hermanas mayores. Esto fue visto por ellas y se lo contaron a su mamá pero tampoco habría encausado ninguna acción para frenarlo.
A fines de mayo de 2017 la menor de 14 años no soportó más y decidió escaparse del seno familiar para ir a la casa de su hermana mayor, ya emancipada.
Allí le contó todo lo que sucedía, por lo cual inmediatamente la joven radicó una denuncia y empezó a actuar la Justicia.
Las tres menores y el varón fueron llevados para que declararan en Cámara Gesell. Ante el temor que se descubriera todo, la madre reunió a sus hijos antes que entraran a concretar la pericia con los especialistas y habría intentado que no contaran nada de los presuntos actos criminales que se investigaban.
Nada de esto ocurrió, las víctimas relataron lo que les había sucedido y llegó a saberse que el efectivo tenía atemorizados a los cuatro hermanos. En reiteradas oportunidades los amenazó, incluso blandiendo su arma reglamentaria hasta ponerla en la boca de los menores.
A la mayor, cuando ya se había denunciado el caso, se sospecha que el policía la seguía cuando iba a la escuela. La insultó y la amedrentó diciéndole que la iba meter presa si decía algo. En junio de 2017 el efectivo quedó bajo prisión preventiva.
La Justicia también puso el foco sobre la progenitora. Si bien se encuentra en libertad, también se sentarán en el banquillo.
El policía que prestaba servicios en Puerto Iguazú está acusado de “abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado, abuso sexual simple agravado por la convivencia preexistente, amenazas agravadas y coacción”. En tanto la madre de las niñas está imputada por “encubrimiento agravado”.