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La familia de Gustavo Benítez (25) está destrozada desde que se enteraron de lo peor. El joven fue hallado muerto el pasado jueves asesinado a puñaladas, desnudo y envuelto en una cortina de baño en las escaleras de un edificio del barrio porteño de Recoleta. Fue identificado por sus huellas dactilares.
Este domingo, su madre Graciela y dos de sus cinco hermanos, José y Bruno, recibieron a PRIMERA EDICIÓN en la vivienda donde prácticamente se crió Gustavo, ubicada en el barrio Santo Domingo, a la altura del kilómetro 8 de la ciudad de Eldorado. Coincidieron en que reclaman justicia con el culpable.
Por el momento hay un detenido en la causa, un chileno identificado como Juan Pablo Machado Kuschel de 42 años.
“Él estaba por venir, estaba reuniendo el dinero para viajar y hacerse el test del coronavirus. Quería reencontrarse con sus hijos de 3 y 6 años”, contó Bruno, uno de sus hermanos. Luego agregó que “recientemente Gustavo quedó sin trabajo en un maxikiosco y se dedicaba al delivery, nosotros creemos que de alimentos, era un trabajo informal”.
Acerca de las versiones periodísticas de medios bonaerenses dando cuenta que su hermano hacía presunto narco delivery, Bruno dijo que “mientras no las diga la policía no tienen validez. Nos llegó esa versión, los medios de Buenos Aires pueden decir lo que quieran, pero eso lo tiene que confirmar la policía, tiene que salir de ellos. Están investigando. Desde la familia nunca dijimos eso”.
Añadió que Gustavo tenía un jefe venezolano “que desapareció y que ya no contesta los llamados”.
“Mi hermano estaba haciendo delivery y en el último que fue a entregar desapareció. Eso fue el pasado martes (28 de julio) porque el celular y el Facebook de él marca ese día la última conexión, inclusive estaba hablando con su expareja el martes a la tarde y conmigo también”.
Comentó que trató de llamarlo ese día por la noche pero el celular ya estaba apagado. “Desde ahí desaparece y nosotros empezamos a ver con los amigos más cercanos de allá y no sabían nada, ahí nos empezamos a preocupar”, recordó. Es que esta situación le preocupó mucho a su familia ya que siempre estaban conectados.
“Una chica que es amiga de él nos dijo que Gustavo no apareció, estaba preocupada porque él no es así. Se fue a hacer un pedido y no apareció, su jefe no sabía nada tampoco. Esperamos un día, buscamos por todos lados, tenemos tíos gendarme y familiares en la Policía Federal que buscaron si estaba preso o si estaba en alguna guardia de emergencia pero no estaba”, manifestó. Debido a que el joven no respondía los mensajes, su familia había publicado una fotografía pidiendo información.
Cómo se enteró la familia
El homicidio se descubrió el jueves último, alrededor de las 9, cuando el encargado del edificio de Guido 1.928 (en Recoleta) limpiaba la escalera y al llegar al cuarto piso encontró a un hombre muerto, desnudo y envuelto en una cortina de baño que, a simple vista, presentaba manchas de sangre en la espalda.
Tras esto, Bruno recordó como a las pocas horas se enteraron de la peor noticia. “Recibimos el mensaje de que encontraron un cuerpo y decidimos no creer. Se llevaron a mi hermano mayor (Rafael) para reconocer el cuerpo y ahí comprobamos que lastimosamente era él”, señaló.
Asimismo, indicó que no era la primera vez que Gustavo iba a trabajar a Buenos Aires.
“Antes estuvo como cinco seis años viviendo allá, después volvió, consiguió trabajo acá, después también perdió el trabajo y decidió irse de nuevo. Con el tema de la cuarentena no le estaba yendo muy bien, lo echaron de su trabajo en un maxikiosco debido a una reducción de personal y por eso estaba haciendo esto del delivery. Me contaba que quería volver a acá a ver a sus hijos, que allá tampoco estaba fácil la cosa y no se podía salir”, afirmó. Anoche continuaban con el trámite de traslado del cuerpo a Misiones para que su familia pueda darle el último adiós.
El sospechoso
Los testimonios apuntaron como sospechoso al ciudadano chileno Machado Kuschel, ya que había quejas y problemas en el consorcio por los hombres extraños que hacía ingresar al edificio. Se allanó el departamento D del primer piso, donde se detuvo al hombre, luego de encontrarse dentro del inmueble rastros de sangre, la presunta arma blanca homicida y que en el baño faltaba la cortina de la ducha.
En tanto, el juez Pablo Ormaechea, recibió un adelanto de los expertos del Cuerpo Médico Forense (CMF) quienes concluyeron que Benítez fue asesinado de tres puñaladas, una en el frente del tórax y otras dos por la espalda, una de las cuales le perforó un pulmón.
El cuchillo ensangrentado y hallado en el lugar del hecho fue analizado y se informó que es, por sus dimensiones, compatible con el arma del crimen. Gustavo residía en el barrio de La Boca, algo que para él significaba mucho, ya que era hincha “xeneixe”.