Fernanda M., propietaria de una fotocopiadora ubicada por avenida López Torres en Posadas, indicó sobre la posibilidad de mantenerse al día con el pago de las obligaciones que “hay que valorar que empezamos a trabajar y hay movimiento, entonces se puede cumplir con las obligaciones y pagar, pero eso se da de a poco. Por ahí, se pagan varias cosas fuera de término, así de a poco estamos tratando de levantar las deudas que fueron quedando, para eso nos ayuda que ahora hay algo de movimiento de los clientes, aunque no es mucho todavía”.
“Estamos pagando las cuotas mientras se pueda, apenas cobramos algo lo usamos para cubrir alguna deuda. Lo que volvió hace poco es la cadena de pago, eso fue importante. Al haber movimiento y mientras entre plata al negocio se pueden ir pagando las obligaciones para seguir trabajando. Eso nos ayuda, porque en la primera parte de la cuarentena la cadena de pago estuvo muy cortada”, expresó.
Además, comentó: “En nuestro rubro nos manejamos con la demanda de temporada de clases, pero eso mermó mucho en estas dos semanas de vacaciones que pasamos, obviamente. En adelante tenemos a lo sumo tres meses más de trabajo, y después cuando llegue el fin de año y se corten las clases no sé cómo vamos a hacer, porque todavía estamos intentando recuperarnos de las consecuencias de haber estado tanto tiempo cerrados”.
Al ser consultada sobre la capacidad de cubrir los gastos de insumos que requiere la actividad, manifestó: “En las fotocopiadoras todo se maneja de acuerdo a las variaciones del dólar. Ahora los precios están imposibles. Nos mata el tema que en Buenos Aires no están trabajando full time entonces todo lo que es para fotocopiadoras se hace más complicado. Esa situación es muy difícil porque está todo carísimo en relación a los precios de insumos”.
En relación a las ayudas dispuestas por el Gobierno, contó: “Nos dieron el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) con lo cual pudimos pagar algunas deudas, y nos metimos en el préstamo del Gobierno con el cual pudimos comprar insumos específicos de las máquinas”.
“Sería importante que esta clase de ayuda continúe en los próximos meses. En nuestro rubro muchos locales tuvieron que cerrar, está muy complicado. Por eso para quienes tienen complicaciones con la entrada de dinero es fundamental que se mantengan estos beneficios desde el Gobierno”, añadió.
“Para eso hay que tener en cuenta todas las complicaciones que vendrán después de la pandemia. Ahora estamos transitando una situación complicada pero a futuro puede ser más difícil. Además, a SAMSA y EMSA no les importa nada, ellos siguen mandando facturas elevadas, intimaciones de cortes, y el monotributo también es una obligación que no se puede dejar de pagar”, opinó.
A su vez, Carola Luz, kiosquera del barrio Villa Urquiza, reconoció que “en nuestro rubro no paró mucho la venta porque la gente no puede dejar de consumir los productos básicos. Además nos mantuvimos casi todo el tiempo trabajando, no fue como en otros rubros que estuvieron mucho tiempo sin poder trabajar. Incluso a veces, los kioscos de barrio estamos trabajando un poco mejor porque los supermercados cierran temprano”.
“Afortunadamente, esos puntos me ayudan a poder pagar las obligaciones de monotributo y los servicios como luz y agua”, dijo.
En relación al acostumbrado trabajo de venta por fiado, relató que “existen complicaciones porque algunos vecinos me piden pagar otro día pero mis proveedores no me dan esa posibilidad a mí”.
“De igual manera en este barrio no hay muchos planes sociales, es más de familias que trabajan en el Estado, tienen sueldos fijos, o tienen profesiones en las que pueden seguir cobrando pese a lo mal que están todo. En otros barrios sabemos que hay más complicaciones para los kiosqueros porque son muchas familias que tienen pocos ingresos o se quedaron sin trabajo, y necesitan seguir comiendo entonces piden fiado pero tampoco tienen la seguridad de tener con qué pagar el día de mañana. En ese sentido, el kiosco muchas veces trabaja a riesgo de pérdidas”, concluyó.