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Paulino Ramón Olmedo (28) y Andrea Elizabet Mieres (34) recuperaron la libertad durante las últimas horas. Los plazos vencidos de las prisiones preventivas de los involucrados en el homicidio de María Yess (63) en su vivienda de la calle Río Grande en Puerto Rico (durante la noche del domingo 24 de julio de 2016) aceleraron la decisión del juez Leonardo Manuel Balanda Gómez tras la anulación, en febrero de este año, del requerimiento de elevación a juicio oral.
El cese de la prisión para la hija de la víctima fatal, Andrea Mieres, se concretó la semana pasada, mientras que ayer por la tarde fue el turno de Paulino Olmedo. Se los acusa de “homicidio calificado con arma de fuego agravado, con alevosía y por codicia, con el concurso premeditado de dos personas”.
Con la ampliación de un año vencida en 2019, plazo máximo permitido para la prisión sin ser juzgado, y la anulación del requerimiento de elevación a juicio determinada por el fiscal Martín Alejandro Rau, subrogante del Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial, se garantizaron los derechos de los encartados, sumada la consideración de ya no poder entorpecer la producción de prueba, ni correr riesgo de fuga, y fueron liberados supeditados al nuevo análisis en instrucción de la acusación.
El primer rechazo por irregularidades en el requerimiento a elevación a juicio oral firmado por la fiscal Mabel del Rosario Luna, fue emitido en 2018 por la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de la provincia. Los camaristas consideraron que el acta procesal contenía apariencia de fundamentación pero que no explicaba las razones del encuadre legal.
Una de las incongruencias fue planteada por la figura agravada “por el concurso real de dos o más personas” (artículo 80, inciso sexto, del Código Penal). Se refiere al autor que actúa en el hecho, con el concurso de dos o más personas. En el caso de la muerte de Yess, un autor y dos o más personas, un total de tres y no dos (Mieres y Olmedo) como pretendió la agente fiscal.
Tampoco la alevosía indicada en la acusación quedó plasmada en la elevación de la causa, “no se describen las razones del porqué es aplicable ese tipo penal y el motivo por el cual se entiende que los encartados incurrieron en esa forma particular de matar”.
Tanto Apelaciones y luego el fiscal Rau, remarcaron que en el requerimiento de elevación “se confunden los roles que se le asignan a los sospechosos (…) Ya que, o uno es autor y el otro partícipe o los dos son coautores. Y nada de eso consta en la confusa acusación”.
En junio de 2018, tras el revés en la Cámara, la fiscal volvió a requerir la elevación del expediente para que el TP-2 juzgue a Mieres y Olmedo. Sobre la hija de Yess recayó una acusación formal por el delito de ”homicidio calificado por el vínculo, en razón del nexo de sangre que la unía con la víctima.
En tanto, sobre su pareja, Paulino Olmedo, trascendió que deberá responder en el banquillo de los acusados como partícipe primario”, lo que quiere decir que, en caso de ser hallado culpable, recibirá la misma pena que pudiera caberle a la mujer.
Cuatro años después
El crimen se registró a las 21 del domingo 24 de julio de 2016 en la vivienda de la víctima. Recibió un disparo calibre 22 que ingresó por el parietal derecho y salió por la oreja izquierda.
En principio, se habló de una tentativa de robo frustrada en el local comercial. Después, de una suerte de venganza por parte de un hombre que días antes había salido en libertad tras cumplir una condena por violar a una familiar de la víctima.
Los detectives de la UR-IV y de la Dirección Homicidios de la Policía desenmarañaron las sospechas y las pruebas condujeron a Mieres y su pareja.
Pericias criminalísticas confirmaron que el disparo fatal fue gatillado desde la puerta interior del kiosco y no desde la calle, como se creyó en un principio. La prueba de parafina confirmó aquella teoría, tras dar positivo en la mano derecha de Mieres.
Los investigadores comenzaron a tejer la oscura trama que los llevó a la pareja de esa mujer. Olmedo fue aprehendido al día siguiente en Caraguatay cuando acababa de desarmar la motocicleta en la que había sido visto merodeando cerca de la vivienda de calle Río Grande la noche del crimen.
De acuerdo a la reconstrucción, una semana antes de ser asesinada, Yess se reconcilió con la imputada y le permitió volver a casa. Mantenían una discusión de vieja data por la venta de un terreno: la madre se negaba, mientras que la hija quería venderlo sea como sea.
La principal hipótesis apunta a que la hija de Yess y su pareja pergeñaron el asesinato con el objetivo de quedarse con el dinero de estas propiedades. Y aprovecharon la liberación de aquel condenado por abuso para desviar la atención.
“Con las mismos errores”
De acuerdo a la nulidad del segundo requerimiento de elevación a juicio, decisión tomada por el fiscal del Tribunal Penal 2, Martín Rau, en febrero pasado, la fiscal de instrucción Luna envió el mismo auto, con las mismas falencias o errores que ya se las había señalado la Cámara de Apelaciones en 2018.
“Es decir que, la nueva requisitoria de elevación a juicio es casi idéntica a la que fue declarada nula con anterioridad (…) Vicios que afectan el debido proceso legal y, por ende, el derecho de defensa en juicio”.
Rau también sostuvo que “en la requisitoria no se realiza una relación clara, precisa , circunstanciada y específica del hecho, lo que puede derivar en la imposibilidad por parte de la defensa y de los imputados, de entender de qué se los acusa y, consecuentemente, cómo desplegar la actividad de defensa material y formal”.
El fiscal camarista calificó que las dos nulidades de la elevación a juicio constituyeron errores graves y solicitó que se investigue si la labor, en este caso de la fiscal Luna, no es pasible de sanción o algún tipo de decisión dentro del marco legal.