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La víctima, Carlos Rubén Villaverde, tenía 41 años y su victimario 18. El herido murió horas después y el joven terminó detenido por el crimen. En los últimos días el magistrado que entiende en la causa cerró la investigación y elevó el caso a juicio.
Según pudo saber este Diario, tras la opinión del fiscal Horacio Paniagua para que el acusado sea juzgado por “homicidio simple”, la defensa no se opuso a este requerimiento, por lo cual el titular del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú Martín Brites, remitió todo lo actuado al Tribunal Penal 1 de Eldorado, para que en una fecha a definir el imputado responda por el hecho ocurrido el 4 de agosto de 2019 en la vivienda ubicada en la calle Juan José Valle al 100. Lucas Gabriel Trinidad, de ser hallado culpable enfrentará una pena de 8 a 25 años de prisión, según lo estipulado en el artículo 79 del Código Penal.
Almuerzo, discusión y muerte
Era domingo y el grupo se había reunido a pasar un buen rato a compartir una comida regada de bebidas. Todo había transcurrido con normalidad hasta que se desató una discusión entre Villaverde y Trinidad.
La pelea verbal escaló en tensión hasta que el menor tomó un cuchillo de unos 20 centímetros de hoja para zanjar de otra manera las diferencias. Villaverde no se quedó atrás y con el pico roto de una botella se preparó para la pelea. Se llevó la peor parte dado que recibió dos puntazos en el abdomen.
Los presentes nada pudieron hacer para evitar el desenlace. El autor se retiró del lugar y se refugió en su vivienda, ubicada a metros de donde había sucedido el hecho. En tanto, la víctima caminó hasta la calle por ayuda pero cayó al suelo inconsciente.
Fue trasladado al Hospital Marta Schwarz y fue intervenido de urgencia ante el cuadro de desangramiento con el que había ingresado. Los médicos hicieron lo posible para salvarle la vida pero falleció alrededor de la 0.30 del lunes.
Con el testimonio de los presentes y la autorización del juez la policía allanó la vivienda del sospechoso, quien no se resistió al arresto. En el lugar secuestraron pipas y picadura de marihuana, además de otro cuchillo similar al incautado donde ocurrió el ataque, el cual tenía manchas de sangre.
La investigación del caso reveló que tanto víctima como victimario tenían causas judiciales por delitos contra la propiedad, denuncias por lesiones y contravenciones.