
Tras la denuncia a las autoridades de Prefectura, Ecología y la Municipalidad local, operarios de una empresa retiraron ayer camalotales de la bahía El Brete. Allí se había concentrado una gran cantidad de sustancia, aparentemente aceite, que contaminó el río y habría provocado la mortandad de fauna y flora acuática.
Oficialmente todavía no se informó qué producto se vertió al Paraná. Sin embargo, los manchones a la vista podrían ser aceite industrial para motores. Había sido visualizado por lo menos hace dos semanas, entre los alumnos de las escuelas de canotaje de la zona.
Con una rotación de los vientos, el líquido aceitoso se movilizó hasta quedar adherido entre las piedras y camalotes de la costa del balneario.
De acuerdo al relato pormenorizado que brindó el instructor de canotaje José Aguirre el miércoles a la mañana, después del revuelo que causó la denuncia pública, las autoridades pertinentes se acercaron hasta el lugar para tomar una muestra del agua a fin de determinar la composición de la sustancia.
“Se trazaron muchas teorías y la más fuerte responsabiliza a quienes hacen tareas de mantenimiento en la vieja usina de EMSA. Lo que ocurrió ayer (por el miércoles) fue que me comuniqué con Thierry Seró, instructor del Club Náutico León Seró y me contó que trabajadores de EMSA que limpiaban la exusina se acercaron para hablar y aparentemente a pedir disculpas”, relató Aguirre a este Diario.
“Según me dijo, les reconocieron que no hubo intención de verter el líquido. De hecho la versión que le dieron era que estaban limpiando algunas máquinas de la usina y que el agua corrió por la alcantarilla y de ahí fue directamente al río” agregó.
Fue removido
“El aceite se concentró entre los camalotes y, por ello, nos resultó fácil removerlo del río. Estaban negros directamente. Para hacer el trabajo se colocó una defensa de plástico para reunir toda esa vegetación en un solo lugar”, detalló Aguirre.
“Al principio la mancha no estaba muy cerca del club, pero se acentuó en los últimos días y se vino sobre la costa. Fue una mancha realmente gigante. No se podía aguantar el olor a aceite”, recordó.
La situación salió a la luz porque los alumnos no podían salir a remar directamente porque los botes se llenaban de aceite.
“Los instructores de todas las escuelas náuticas decidimos hablar. No sé qué hubiera pasado si, por acción del viento y las olas, el líquido no se arrimaba a la costa”, contó.
Todos los deportistas que hacen uso de esa parte del río padecieron el contacto con el supuesto aceite y todavía no han podido dejar en óptimo estado sus embarcaciones.
Mucha inquietud
“Nuestra inquietud es saber desde dónde viene el aceite. Y nuestra actividad no se puede hacer en estas condiciones. Ayer (por el miércoles) lastimosamente encontramos peces muertos, con el tema de la cuarentena que no se podía salir al río, aparecieron patitos, muchos peces, pero esto corrió todo”, expresó José Aguirre.
Reseñó que los patitos que solían descansar en ese remanso de la bahía también desaparecieron del paisaje, lo mismo que las nutrias que permanentemente veíamos en el lugar.
“La situación ahora está contenida. Nosotros seguimos remando y la actividad náutica se sigue haciendo porque salimos a buscar otra cancha (sector limpio de aceite)”, explicó el instructor al señalar que el aceite se ubicó entre los camalotes”.
También por acción del viento los camalotales se quedaron ubicados debajo del puente en la desembocadura del arroyo Itá.
“El tema grave acá es la contaminación del agua. Hacemos actividad en ese lugar y necesitamos tranquilidad con respecto a las condiciones de salubridad”, reflexionó.
En una recorrida de PRIMERA EDICIÓN durante la tarde de ayer, en general a la vista el agua del Paraná en esa zona ya se percibía límpida. Pero un análisis establecerá si la contaminación desapareció.