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Efectivos de la Policía de Misiones y de Gendarmería Nacional protagonizaron durante la madrugada de ayer un polémico episodio en el que, una decena de integrantes de la división Toxicomanía de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú, fueron notificados del inicio de una investigación en el Juzgado Federal de Eldorado por “abuso de autoridad, violación de domicilio y abuso de arma de fuego”.
Tal como lo adelantó este medio ayer en exclusiva en su edición digital (primeraedicion.com.ar) el operativo fue iniciado por los investigadores antinarcóticos de la Policía. Irrumpieron en un predio próximo a la ruta nacional 12 en Puerto Esperanza donde se estaban cargando bultos con panes de marihuana prensada en una camioneta Nissan doble tracción.
Pero los datos del movimiento de droga en la zona los obtuvieron pasadas las 18 del viernes, por lo que desde ese momento y con sigilosos seguimientos, los sospechosos fueron observados y vigilados de cerca por diez efectivos de civil distribuidos estratégicamente en un radio comprendido por las avenida Amans Laka, calle Colombia y la ruta nacional 12.
Dentro de esta zona de campo y monte, ubicaron una vivienda desde donde ingresaban y salían vehículos sospechosos del traslado desde la costa del río Paraná del estupefaciente a grandes escalas hacia los puntos de acopio o “enfriamiento” próximos a la ruta 12 donde se montan las cargas en las potentes camionetas que luego se dirigen a distintos puntos para cargar camiones. Tal como ocurrió horas antes en Colonia Victoria donde Gendarmería secuestró un camión y detuvo a un brasileño que transportaba cerca de 800 kilogramos de panes de cannabis sativa que fueron escondidos cuando se detuvo en Puerto Libertad, proveniente de Foz do Iguaçu.
Con la información chequeada y con los pertinentes avisos a las autoridades de la Dirección de Toxicomanía y de la Unidad Regional V (jurisdicción de Puerto Iguazú) los policías actuaron cuando avistaron la flagrancia.
Los diez efectivos con pistolas y cuatro fusiles FAL, ingresaron al predio tras rodearlo y con la voz de alto se desató la persecución de al menos tres personas que corrieron hacia la vegetación de monte. Según averiguaciones, uno de los supuestos narcotraficantes habría disparado por lo que la respuesta fueron tiros intimidatorios al aire.
La persecución terminó con dos personas reducidas, un hombre de 31 años y un adolescente de 15.
Apariciones sorpresivas
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Aún caliente de peligro el sitio y cuando los policías habrían iniciado la requisa al lugar, dos automóviles llegaron desde la avenida Amans Laka y descendieron a “viva voz” dos hombres que se identificaron como pertenecientes al Escuadrón 10 “Eldorado” de Gendarmería Nacional e iniciaron una charla con los policías a cargo de la comisión.
Los gendarmes comunicaron que estaban apostados en los alrededores porque también estaban detrás de los acopiadores narcos.
Este incidente derivó en una consulta telefónica con la Fiscalía Federal de Eldorado, cuyo titular habría confirmado que estaba “legalizada la investigación en curso” de Gendarmería a esta banda, pero que el procedimiento podría finalizarse de manera conjunta porque los representantes de la Policía provincial no estaban al tanto de esta situación. El resultado del operativo iba a ser informado luego al juez Federal, Miguel Ángel Guerrero.
Según las mismas fuentes en diálogo con este Diario, cuando el procedimiento se reencauzaba para decomisar la droga y trasladarla para su testeo y pesaje, un jefe de la Unidad de Investigaciones de GN llegó al mismo sitio y frente a los testigos hábiles que los policías habían aportado para la completar la cadena de custodia del secuestro, informó que poseía una orden del Juez Federal de Eldorado y que todos los policías que intervinieron debían identificarse y entregar sus teléfonos celulares y armas reglamentarias.
Ninguno de ellos se opuso a las órdenes y se les notificó, de manera verbal, que se les iniciaba una investigación por los delitos de “abuso de autoridad, violación de domicilio y abuso de armas”.
Reacción
Cuando la información de lo sucedido llegó a las autoridades policiales, fue el propio jefe de la fuerza provincial, Víctor Manuel Zenón Cabrera, quien viajó hasta la sección “Esperanza” de Gendarmería a recabar mayores datos y contrastarlos con los que les aportaron sus subordinados.
Oficialmente no se destacó, pero la situación fue tensa, el pedido de explicaciones fue con modales precisos pero no ocultaron el malestar de la Jefatura de Policía ante la reacción judicial y de Gendarmería con los pesquisas provinciales.