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Según dicho documento, “hasta el 31 de octubre, predominarán condiciones de marcada escasez y aguas bajas. Los caudales de los grandes ríos de la Cuenca se mantendrían en valores bajos y cerca de los mínimos registrados en los últimos 40 años”, si bien el Uruguay “podría registrar variabilidad de niveles sin una tendencia media definida”.
Es que en las Cuencas de los ríos Uruguay e Iguazú “se espera un trimestre con condiciones normales de precipitación”, mientras que en la del Paraná el pronóstico es de “lluvias deficitarias”.
Después de meses de lluvias inferiores a las normales y sin aportes significativos de precipitación, el Litoral argentino persistirá en la misma línea: para lo que resta de agosto, se esperan precipitaciones acumuladas mensuales del orden de los 25 milímetros para la Cuenca alta del río Paraná, y para la naciente del río Uruguay y Cuenca del río Iguazú se pronostica un acumulado mensual de lluvias del orden de los 100 milímetros.
Por ello, se programaron descargas adicionales en la represa de Itaipú (Paraguay-Brasil), que comenzaron este lunes y que permitirán mantener caudales por encima de 7.000 metros cúbicos por segundo.
“La tendencia climática no permite esperar una mejora sensible en el trimestre”, advirtieron desde el ICAA. En consecuencia, “los niveles en el río Paraná se mantendrán próximas a los niveles mínimos de los últimos 50 años”.
Mientras que el Uruguay “presenta posible estabilización o repuntes en corto plazo (7 días)”, cuando “se prevén precipitaciones moderadas a abundantes sobre la Cuenca alta o las áreas de aporte por margen izquierda al tramo El Soberbio-Santo Tomé. En consecuencia, el nivel se estabilizaría o repuntaría sobre el tramo medio-superior, manteniéndose la recuperación al menos hacia el mediano plazo (15 días)”.