
Tras cinco meses sin que los abuelos puedan recibir visitas y ante el impacto en el estado de ánimo de sus pacientes, el Hogar de Adultos Mayores “San José” de Posadas implementó un singular modelo de visita donde las personas pueden verse y tocarse, pese a que no están en contacto directo.
No se trata de un súper dispositivo tecnológico, sino de una estrategia creativa: una cortina de plástico transparente que separa el hogar del exterior, con brazos de TNT que permiten a los abuelos abrazar a sus seres queridos.
La cortina de los abrazos fue inaugurada por el Hogar San José este lunes y funciona en el horario de visitas que tenían antes de la pandemia: de lunes a viernes de 9,30 a 11,30 y de 17 a 19,30.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, una integrante del equipo profesional de la residencia, la enfermera Rosa García, contó que “hace tiempo venimos pensando alternativas para hacer frente a la angustia que genera la cuarentena en los abuelos y también en los familiares“.
“Si bien durante estos meses, todos los días hicimos actividades para acercarlos y evitar que se corte el vínculo con sus familiares, como videollamadas o entregar las cartas y dibujos que los abuelos escriben a sus seres queridos; llega un momento que nada de esto es suficiente”, agregó.
“Fue como un vaso de agua en el desierto”
Según contó, desde el inicio del aislamiento social por la pandemia y la consecuente suspensión de las visitas de familiares en las residencias de adultos mayores, “cuando venía un familiar a verlos, obviamente quedaba afuera y llevábamos al abuelo a dos o tres metros del portón porque no puede haber mayor acercamiento… lo venían tolerando bastante bien, pero así y todo tienen su crisis de angustia, algunos se deprimieron mucho, todo requiere un trabajo de contención psicológica muy importante porque se genera muchísima tristeza a partir de todo esto. Por eso, la cortina de los abrazos fue como un vaso de agua en el medio del desierto”.
Precisamente, la cortina de abrazos surgió a partir de esa necesidad de contacto físico. Según relató Rosa, “es emocionante ver cuando vienen los familiares cómo se abrazan y no se sueltan más, porque aunque el abrazo sea a través de un plástico se siente el contacto y se vuelven locos de contentos”.
Algunos de los 20 abuelos que viven en el hogar tienen a su familia fuera de la provincia, pero la mayoría tiene familia en Misiones y los visitan siempre. Este lunes, cuando inauguraron la cortina, vinieron muchos familiares y ayer siguieron yendo, “algunas familias ya nos avisaron que los visitarán a lo largo de la semana. Creo que muy pronto tendremos que armar otra cortina porque la nuestra ya está quedando un poco destruida de tantos abrazos… la verdad es que la idea es muy buena, no hay ningún tipo de contacto directo y es notable el cambio en el ánimo de los abuelos”, aseguró entusiasmada.
Una de las ancianas cuya familia está lejos es Adelia. No obstante, este lunes igual tuvo su posibilidad de abrazar a alguien porque después de hacer la entrevista con un canal de televisión se abrazó con el periodista… “y los dos se emocionaron, también los que compartimos ese momento”, confió Rosa.