
Hace un mes, Abigail Fleitas se hizo cargo de sus cinco sobrinos aunque teme que por las condiciones precarias en las que viven, le saquen la tenencia y envíen a los hermanitos a un hogar adoptivo. El más pequeño de ellos tiene cuatro años y la mayor, a penas tiene once.
La madre de los cinco niños es la hermana de Abigail que, según contó a PRIMERA EDICIÓN, perdió la tenencia de los menores a causa de sus adicciones con el alcohol. “A penas supe que los iban a mandar a un hogar, yo pedí su tenencia porque para mí siempre fueron como mis hijos, no los quiero perder”, contó.
Es por ello que Abigail decidió pedir ayuda urgente para terminar el acondicionamiento de su hogar, ya que las condiciones en las que está viviendo no son adecuadas para albergar a cinco niños.
Con una pequeña cocina, una habitación y un baño, se están arreglando hace más de un mes pero cada vez que llueve estos pocos espacios se inundan, la ropa se moja y no tienen más que hacer que esperar a que el agua baje. Por las noches, duermen los seis en una misma cama ya que, pese a contar con una camita extra, el espacio es tan reducido que no alcanza ni para poner el colchón en el piso.
Y es que, como había publicado este Diario, Abigail también tiene un merendero que funciona dentro de su terreno, por lo que todos los insumos de la cocina están apilados en cada recoveco libre de su habitación. El merendero, que en realidad consiste en una gran olla colocada en la intemperie, “está en el patio de casa así que guardamos todos los ingredientes de cocina en mi pieza. Cuando llueve no cocinamos”, dijo.
Con lo poco que tiene, ayuda mucho
Abigail vive en barrio Las Tacuaritas, en inmediaciones de Fátima. Se hizo conocida por haber puesto en el mismo terreno de su pequeño hogar, un merendero para asistir a las casi doscientas familias que viven allí y que padecen, al igual que ella, las consecuencias de la marginación.
“Cuando era chica, solía ir a los comedores del barrio y me prometí a mí misma que cuando creciera iba a intentar ayudar de la misma manera a las familias que tuvieran menos recursos que yo”, había contado en su momento Abigail.
El comedor funciona hace más o menos cuatro años y, desde entonces, Abigail pide ayuda para poder ampliar el sector donde cocinan o al menos construirlo bajo techo, ya que cada vez que llueve, la elaboración de las viandas debe esperar a que el sol seque los leños y el piso, que todavía es de tierra.
Sin embargo, ante la falta de respuestas, ella junto a algunos de sus vecinos y fieles comensales, decidieron comenzar a comprar los materiales por su cuenta para ponerse manos a la obra. De a poco fueron organizando venta de ropa usada en ferias americanas, rifas o venta de porciones de comida.
“Vendimos pollo con unos amigos del barrio y nos alcanzó para comprar 1050 ladrillos. La pudimos construir una de las paredes pero ahora faltan tres más, el problema es que con la lluvia y las inundaciones, todos los materiales se están mojando… las maderas se están pudriendo”, se lamentó.
Llegaron los chicos
Con la tenencia de los chicos, la ampliación de su casa y mejoramiento del merendero, quedaron en pausa: “Veníamos trabajando para poder hacer las dos piezas y un baño más dentro del terreno, pero si cuando estaba sola apenas podía aguantar esta situación, hoy con los cinco chicos a cargo, se me hace todo más difícil”, señaló.
Al respecto, agregó que “tuve que sacar fiado del kiosco para darle de comer a los chicos. Todo mi sueldo ya se me fue en la comida para ellos y en pagar algunas cuentas. Ahora ya no me alcanza para comprar más materiales”.
Y mientras aguardan a que la inundación de ayer comience a bajar para que los colchones y su ropa se seque y la humedad del ambiente merme, Abigail también espera que esta semana puedan preparar al menos una merienda para las familias del barrio.
Necesita ayuda urgente
La lluvia, el mal pasar económico y la falta de ropa seca no le preocupa tanto a Abigail como la posibilidad de perder a sus sobrinos. “Yo no puedo tener hijos propios y para mí ellos son mis hijos, no quiero saber que los puedo perder y que los van a mandar a un hogar para que los adopten y encima los separen”, sostuvo.
Es por ello, que hizo este pedido a la solidaridad para poder poner en condiciones su hogar y finalmente le otorguen la tenencia legal y permanente de los chicos. “La trabajadora social me dijo que en estas semanas iban a venir y si ven las condiciones en las que vivimos los puedo perder”, dijo entre lágrimas.
Lo que más necesitan son materiales de construcción para que, finalmente, pueda ampliar su casa, agregar una habitación más para sus sobrinos y cerrar el predio del merendero. “Desde Vicegobernación se comprometieron a prestarnos la mano de obra”, contó.
Ladrillos, cemento y arena es lo más necesario, aunque también pide ayuda con alimentos y ropa para los niños. Para ayudar, pueden comunicarse con ella al 3764229739 y se organiza para retirar las donaciones a los domicilios.
“Con lo que puedan ayudarnos, todo será bienvenido”, concluyó.
El día del niño se festejará en el merendero
“Bichito de Luz” recibe ayuda de Asistencia Alimentaria que les provee los ingredientes para las meriendas que sirven de martes a jueves, y las cenas. Las familias que van al merendero, también suelen asistir a otros comedores porque “tratan de rebuscarse: buscan las viandas del almuerzo en un comedor y a la tarde vienen para acá, como para poder almorzar y cenar”, explicó Abigail.
Sin embargo, en los días de lluvia se quedan sin comida y es por eso que la encargada del merendero insiste en que “me gustaría cerrar bien el merendero como para que quede aparte y mi casa sea un lugar digno”, dijo.
Además, la encargada de este merendero adelantó que, si las condiciones climáticas acompañan, también planean celebrar el día del niño con todos los chicos del barrio. Para ello, “queremos hacer una merienda especial con chocolate y darles algún regalito”, contó.
A raíz de esta iniciativa, los vecinos del merendero ya se están movilizando para juntar donaciones de juguetes y ropa para hacer un perchero solidario. “Cualquier ayuda, suma. No importa si los juguetes son nuevos o usados, la idea es que cada chico reciba algo”, dijo.
Las donaciones se pueden hacer comunicándose al mismo número: 3764229739.