Muchas veces suele atormentar el mito de que las mujeres no deben entrenar los brazos, debido a que se pondrán más grandotas y se asemejarán a los hombres. Sin embargo, no sólo que esto es imposible sino que es importante que las mismas realicen trabajos de musculación de este tipo para llevar a cabo una vida saludable.
La mujer tiene una habilidad biológica semejante al hombre para adquirir fuerza, pero no podrá conseguir la misma cantidad de masa muscular debido a las diferencias hormonales.
Las hormonas sexuales hacen las diferencias entre los sexos y por consecuencia una respuesta diferente a los entrenamientos. Ambos sexos producen las hormonas testosterona y estrógeno, sin embargo la cantidad producida es muy diferente.
Los hombres producen hasta 10 veces más testosterona (hormona anabólica) y menos estrógeno que las mujeres. Es por esta razón que la mujer nunca podrá crear una masa muscular como la del hombre y menos asemejarse a él, a no ser que haga un tratamiento con anabólicos y suplementos hormonales, lo cual no es lo que recomendable.
Habiendo dicho esto, se torna aún más importante para la mujer la realización de trabajos de fuerza, debido a que debe esforzarse más por no perder músculo a lo largo de su vida. Esto se debe a que con el paso de los años la mujer tiene mayor predisposición a generar sarcopenia (pérdida de músculo) que el hombre, por su composición fisiológica.
Es así que las mujeres deben entrenar los brazos, no sólo para lucir estéticamente más fibrosas, sino para poder desenvolverse normalmente en su rutina diaria. Muchas veces se encontrarán con la necesidad de levantar grandes cargas, ya sea para tareas de la casa, para tareas del trabajo o para jugar con los niños.
La musculatura de los brazos está constantemente comprometida en el quehacer, siendo importante mantenerla fuerte.