
Todavía no había amanecido. Tal vez la oscuridad hizo confundir a los transeúntes que pasaron frente a las oficinas de la Delegación Misiones del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), ubicadas en la calle San Luis 1870, y no notaron que una de las puertas estaba destrozada.
Pero, con la luz de la mañana, un vecino se percató de los daños y alertó a un uniformado que se encontraba a pocos metros. De inmediato, la Policía Federal llegó al lugar y descubrió que se trataba de un hecho violento: habían dejado un cuchillo sobre el escritorio de la delegada, Silvia Risko.
“Yo lo tomo como un mensaje con el cual intentan amedrentar a una mujer para que no se meta, para que no hable, para que no piense, ni opine, no diga, ni defienda. Lo tomo así, no existe otra explicación”, manifestó Silvia Risko en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
El hecho se registró ayer por la madrugada, cuando -según trascendió- los malvivientes violentaron la puerta de entrada de la sede del INADI con una barra de hierro. “Trataron de abrirla, rompieron la cerradura de la puerta de madera, pero no lograron entrar. Entonces, forzaron la puerta de vidrio e ingresaron”, detalló la delegada.
Una vez en el interior, recorrieron las oficinas y revolvieron expedientes y papeles. Generaron un enorme caos, pero, llamativamente, no se llevaron nada: ni computadoras, tampoco la impresora, ni parlantes ni el dinero en efectivo que se encontraba en el interior de uno de los escritorios.
“No fue un robo porque no se llevaron nada de valor. De hecho, en mi escritorio, que es el que rompieron y me dejaron un cuchillo, no robaron el dinero que tenía adentro, no falta nada. Entraron y revolvieron los expedientes, no puedo saber si falta alguno, pero de nada les sirve porque están todos digitalizados”, precisó Risko.
De acuerdo a los primeros informes obtenidos, los sujetos forzaron dos escritorios: el de la delegada y el de su secretaria. Para hacerlo utilizaron un destornillador grande que luego también dejaron clavado en el escritorio de Risko.
Nadie vio nada
Cerca de las 7.30 Hugo Baldoneyro, vecino lindante a las oficinas del INADI, salió de su vivienda para tirar la basura. “Vi la puerta abierta y las luces encendidas. Eso me llamó la atención. Entonces le avisé al custodio de (un funcionario provincial) que vive a la vuelta y le dije que estaba la puerta abierta”.
Con ese dato, de inmediato intervino la Policía Federal, que comenzó las tareas de investigación y recolección de evidencias.
En el lugar se incautaron tres elementos que serán clave para avanzar en la causa: una barra de hierro, un destornillador y un cuchillo. Además, se levantaron huellas digitales.
Los uniformados constataron que en la zona no hay cámaras de videovigilancia, solamente una ubicada a pocos metros de la delegación. Sin embargo, “en el INADI no hay cámaras de seguridad, nunca imaginé que tendría que tenerlas, tampoco custodia, pero evidentemente sí”, lamentó Risko.

En busca de la verdad
Según la delegada, las primeras personas en tomar conocimiento de lo ocurrido fueron la ministra de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Marcela Losardo, y Victoria Donda Pérez, presidenta del INADI. “Desde ya, consideramos que esto no es un hecho aislado. Se está encargando la Policía Federal del área criminalística, que pidió un informe de las cámaras de seguridad de los vecinos de toda la cuadra para avanzar en la investigación”, detalló Risko.
En cuanto al gobernador misionero Oscar Alberto Herrera Ahuad, “lo llamé primero como compañero y después como Gobernador para ponerlo al tanto. Es un hecho grave y él se acercó hasta acá y su compromiso es ir hasta las últimas consecuencias”.
Expedientes “pesados”
Las oficinas del INADI albergan innumerables expedientes de diversa índole. “Acá tenemos todo tipo de denuncias, algunas muy pesadas que por ahí no nos corresponden a nosotros, pero somos quienes articulamos para enviarlas a quienes corresponda. Trabajamos en casos de trata de persona, abusos, violaciones, violencia de poder, violencia institucional y política, de género, entre otras. Y no sólo dentro del Estado provincial, sino en municipios y también en el sector privado. En el INADI recae todo aquello de quien pide auxilio porque hay un derecho vulnerado o una situación de mucha violencia”, planteó Silvia Risko.
Por eso, para ella, lo ocurrido es “un mensaje”. Aclaró que “amenazas directas nunca recibí y si las hubiese recibido las habría denunciado, pero esto no fue un robo, a alguien le molesta la visualización de la defensa de los derechos. Pero a quien le moleste tendrá que irse acostumbrando”, advirtió.
Con respecto a posibles sospechosos, la delegada fue clara al indicar que “manejamos expedientes de todo tipo y puede que sea por alguna de las causas o por todas. No podemos saber a raíz de cuál de esas denuncias nos atacaron”.
Trabajar con más fuerza
Después de lo ocurrido, Silvia Risko sostuvo que los hechos le dieron más fueza para continuar con su trabajo como delegada. “Todo esto quiere decir que estamos trabajando bien, que estamos recuperando el INADI en su rol institucional y político”.
En las oficinas de la delegación, indicó, se desempeña un grupo de mujeres que “somos las que viajamos al interior, las que nos animamos a denunciar los casos. Entonces, lejos de amedrentarnos a nosotras, que somos todas mujeres, lo único que logran es animarnos a trabajar con más valentía y fuerza. No lo vamos a dejar de hacer”.
El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, se presentó en el lugar junto a la delegada del INADI. “Vine a acompañarla y a solidarizarme. Tendremos que investigar y determinar a el o los responsables, este es un país democrático y el Instituto lucha por la igualdad de oportunidades”, señaló.
Sostuvo que el hecho “tiene muchas características” de una amedrantación pero adujo que “vamos a esperar la investigación”.