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El testamento es el instrumento legal más conocido para garantizar el cumplimiento de la última voluntad de una persona. Sin embargo, en nuestra provincia es un recurso poco utilizado, tal vez por superstición. Lo cierto, es que este documento no sólo facilita el reparto de la herencia entre los herederos, también nos permite decidir sobre el destino de nuestros bienes, dentro de los límites permitidos por la ley.
De acuerdo al Colegio Notarial de la Provincia de Misiones, organismo que tiene a su cargo el Registro de Actos de última voluntad, entre 2019 y 2020 solamente se registraron ocho inscripciones de testamento.
“La utilización del testamento en el tiempo fue siempre escasa. En promedio se inscriben, desde el año 2010, unos nueve testamentos por año”, precisó el presidente del Colegio Notarial de Misiones, notario Juan Sarquis Rocabert en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Dos trabas principales
Pero ¿a qué se debe esta escasez? De acuerdo a la escribana Marcela Anneris Ruiz, “no es una figura muy usada por dos razones fundamentales: por un lado requiere de un proceso judicial para cumplir su objetivo, y en nuestro sistema legal no existe una libertad absoluta de decidir sobre el destino de los bienes, sino que se establece un sistema de porciones legítimas, que no pueden ser alteradas por la voluntad del testador”.
Respecto a esta porción legítima, desde 2015, con la modificación del Código Civil y Comercial, el testador puede disponer de “un 33 por ciento para darle el fin que considere. Es decir, no es parte de la legítima de los herederos: puede disponer a nombre de cualquier persona, institución o lo que sea”, precisó Sarquis Rocabert. Mientras que la porción restante “la reciben los herederos forzosos”.
Y si bien la figura es poco utilizada, trascendió que, debido a la cuarentena por la pandemia del COVID-19, las consultas sobre este trámite aumentaron de manera llamativa. “Sin duda, la gente realiza mayores consultas sobre el testamento, principalmente la gente mayor por encontrarse en la zona de riesgo”, indicó el presidente del Colegio Notarial de Misiones.
La mayoría dona en vida
La figura del testamento se encuentra en el Código Civil y Comercial y si bien “no es utilizada con mucha frecuencia, existen personas que aún encuentran en ella la forma de llevar adelante su voluntad”, manifestó la escribana Ruiz.
Para la profesional, con 15 años de ejercicio de la profesión, “en varias oportunidades he autorizado testamentos, aunque en comparación con otro tipo de actos, podemos decir que no es un requerimiento muy frecuente. Particularmente en una sola oportunidad he debido trabajar con un testamento que tenía por destinatario a los hijos, ya que por lo general las personas con descendientes recurren a la figura de la donación como anticipo de herencia, ya que esta última evita la sucesión en caso de fallecimiento, mientras que el testamento, para hacerse efectivo, requiere de un trámite sucesorio”, explicó.
En todos los demás casos, señaló Ruiz, “las personas que han otorgado ante mí testamento por acto público son aquellas que no tienen herederos forzosos y quieren dejar establecido quiénes lo heredarán a su fallecimiento. En estos casos, esta figura les permite disponer libremente en vida de sus bienes, para nombrar quienes serán los destinatarios de los mismos, que por lo general son sobrinos o amigos, personas siempre caras a sus afectos”.
Los que heredan a una persona en forma legal son los familiares más cercanos, “clasificándose la vocación sucesoria en herederos forzosos y herederos supletorios o no forzosos, y en forma voluntaria le suceden aquellos que han sido instituidos por testamento”, señaló la escribana Ruiz.
Por su parte, Sarquis Rocabert precisó que “cuando una persona fallece en Misiones y se hace un sucesorio en el Colegio de Escribanos, el primer informe que se pide es al Colegio para verificar si existe o no un testamento, porque pudo haber testado hace 10 años en Buenos Aires o en Mendoza, y ahí el juicio cambia y se transforma en un juicio testamentario, porque hay que reconocer el testamento, aprobarlo por el juez y reconocer los derechos que se le haya dado a una persona determinada en ese testamento”.
“Actos de autoprotección”, la figura más demandada
Independientemente de los testamentos, existe otra figura jurídica que debemos tener en cuenta: se trata de los actos de autoprotección, con registro a nivel nacional.
“Son actos para aplicar durante el período de incapacidad de una persona, estipulaciones para la propia incapacidad”, indicó el presidente del Colegio Notarial de Misiones, el escribano Juan Sarquis Rocabert.
¿Qué quiere decir esto? Que una persona capaz otorga un acto para que manejen su persona y sus bienes durante un período de incapacidad.
“Por dar ejemplos, puede ser durante una demencia senil, una cirugía que tenga un largo proceso de rehabilitación, un coma. Estas personas pueden, antes de que se provoque esto, indicar qué deben hacer con ellos en el caso de que les suceda algo y pierdan su capacidad para gobernarse a sí mismo, tomar la decisión e inscribirla”, manifestó Sarquis Rocabert.
En esa inscripción, la persona puede indicar cómo quiere vivir, cómo quiere estar en su inmueble y si quiere o no ir a un asilo.
“Incluso, puede especificar con qué médicos desea atenderse y en qué sanatorio; si quiere o no que le alarguen la vida con medios artificiales. Esto no tiene nada que ver con la eutanasia: se implementa cuando una persona decide no pasar por una etapa de sufrimiento sin sentido, conectado a una máquina, es esa la finalidad. Todo se hace a través del acto de autoprotección que se registra en el Colegio de Escribanos”, dijo el profesional.
Actualmente, siguiendo a Sarquis Rocabert, cuando se abre un juicio sucesorio “se hace la consulta al Colegio a los efectos de si la persona testó o no. Ahora falta la pata de los actos de autoprotección, porque puede ser que lleven adelante un juicio de incapacidad y la persona haya hecho la inscripción del acto de protección. Entonces ya está determinado en ese acto cuál es la voluntad de esa persona y se tendrá que respetar lo que estableció para su período de incapacidad”.
Para estos dos actos, tanto el testamento como los actos de protección, “las consultas aumentaron durante la pandemia. Son actos donde el testamento es más conocido, pero la situación que vivimos hizo que la gente haya tomado conciencia de la necesidad de utilizar este tipo de escritura para tener arregladas ciertas situaciones”.
Los actos de protección emanan de los tratados internacionales, que tienen rango constitucional en nuestro país. “Se fundamenta en el derecho de la persona a determinar cómo será la vida durante un proceso donde no pueda gobernarse a si misma ni sobre sus bienes”.
Y si bien muchas veces las personas no quieren pensar en lo que les puede ocurrir, la realidad es que es necesario conocer estos actos para tomar decisiones.
Para ello, los escribanos asesoran a las personas “de acuerdo a la necesidad. Cuando va a entrar a una cirugía, uno puede quedar incapacitado y previamente puede elegir cuál será su asistencia durante una eventual incapacidad”, ejemplificó el presidente del Colegio Notarial misionero.