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“Homicidio culposo en accidente de tránsito, dos hechos, en concurso ideal”, la calificación que prevé una pena de entre 3 y 6 años de prisión en caso de ser hallado culpable.
Hoy se inicia el debate oral en el Juzgado Correccional y de Menores 1 de Posadas con el tribunal unipersonal compuesto por Cesar Jiménez. Cerca de 11 años pasaron de aquel 1 de noviembre en el que un colectivo de una empresa de Aristóbulo del Valle colisionó contra un Volkswagen Gol y lo redujera a chatarra.
En el rodado menor iban dos gendarmes de 24 años, identificados como Marcos Sebastián Benítez y Alfredo Boscarino, ambos subalférez de la fuerza federal.
El único imputado es el hombre quien conducía el micro por ruta 12 y a la altura del kilómetro 1.386 en Santa Ana, impactó frontalmente contra el vehículo menor.
Los gendarmes murieron prácticamente en el acto y además varios pasajeros del colectivo resultaron heridos, incluso el conductor del colectivo.
De no mediar inconvenientes, el debate se desarrollará en dos jornadas, hoy y mañana con María Laura Álvarez como representante del Ministerio Público fiscal subrogando a su par Yolanda Mazal y el encartado con defensor particular. Habrá ocho testigos entre peritos y algunos pasajeros que viajaban en el colectivo en su momento.
El hecho
El primer día de noviembre del 2009 cerca de las 7, dos gendarmes perdieron la vida cuando viajaban en un automóvil Volkswagen Gol en sentido Santa Ana-Loreto y fueron colisionados frontalmente por un colectivo de media distancia de la empresa Expreso Aristóbulo del Valle que había partido de Puerto Iguazú con destino a Posadas. El chofer de esa unidad, actualmente de 48 años, será el único enjuiciado después de más de una década.
En su momento, las pericias del siniestro indicaron que el transporte se habría cruzado de carril y transitaba supuestamente a una velocidad superior a la permitida y en una zona de riesgo por la cercanía a una curva.
Los daños en el Gol fueron casi totales a tal punto que quedó sin techo y las víctimas fatales tuvieron que ser sacadas entre los hierros retorcidos. Sus dos ocupantes, murieron en el acto y sufrieron seccionamiento de extremidades. Uno de ellos era misionero y el otro era oriundo de Formosa.