El kale -conocido como kale rizada- es una hortaliza proveniente de la familia de las coles. Es considerado como un superalimento debido a que es rico en nutrientes y cuenta con importantes beneficios para la salud. Entre las formas más comunes de consumo se encuentran las ensaladas, los batidos verdes y -ahora- algunos optan por blanquearlas y rellenarlas.
Si bien es común verlo en las góndolas de los mercados norteamericanos y europeos desde hace unos años se consigue en Misiones. Y poco a poco los consumidores lo incorporan al consumo diario.
Quien lleva adelante dichas producciones en la tierra colorada es Roberto Moroz de Las Gringas-Reserva de biodiversidad privada.
El agricultor arrancó con el cultivo luego de que recibió las semillas donadas por Hilda González de Posadas. Las mismas llegaron desde República Checa.
De República Checa a Misiones
Hilda González es vegana hace más de 40 años y siempre supo que dentro de las familias de las coles hay algunas especies que tienen cualidades importantes como el repollo, el brócoli y el kale que sirven para purificar el cuerpo.
Contó que el kale lo conoció -por primera vez- hace décadas en una feria en Villa Cabello donde había una productora que comercializaba las hojas junto a una fotocopia en la que contaba los beneficios. Fue así que se volcó a investigar sobre la hortaliza.
“En las páginas norteamericanas encontré que era una especie vegetal muy referenciada por sus propiedades nutricionales”, remarcó.
Relató que su amiga vive en Europa y fue ésta la que le envió de regalo las semillas desde República Checa. “A Moroz lo conozco hace mucho tiempo, por lo cual era natural que se lo iba a dar; sólo me quedé con algunos brotes”, dijo.
González apuntó que el kale “es un antioxidante, ya que un consumo regular ayuda al sistema inmunitario; es decir lo fortalece”.
Detalló que “las hojas son grandes como las de tabaco, son de color verde oscuro y eso quiere decir que tienen una gran cantidad de clorofila. Ésta es la sangre vegetal que nos hace muy bien a nosotros”. Si bien consideró que poco a poco se empieza a instalar en la parte gastronómica, todavía falta mayor difusión.
Producción de kale
En tanto, Moroz señaló que “es una planta que tiene muchísima vitaminas, proteínas, minerales y también es antioxidante”.
El kale se hizo conocido porque ayuda a regenerar las células, esto se debe a que es alcalino.
En lo que respecta al cultivo de kale rizada, deslizó que “entre 75 y 90 días la planta está en su nivel adulto; incluso unos días antes se puede empezar a sacar las hojas” y agregó que “se cortan las hojas de abajo a medida que van creciendo y las chicas quedan. No es como una lechuga que se saca entera”.
Asimismo, Moroz recordó que “la señora Hilda nos regaló dos tipos de semillas: kale blanco y kale rojo; ambas enviaron desde República Checa”.
El cultivo se lleva adelante en Misiones hace aproximadamente tres años. “El primer año las plantas no se adaptaron muy bien y tuvimos que aprender el manejo”, comentó el productor.
Subrayó que “el kale rojo lo perdimos y no pudimos tener más semillas, pero pudimos reproducir las semillas de kale blanco que es el que vendemos en la actualidad”.
Además, sostuvo que “no sólo los humanos descubrimos las propiedades del kale sino que los insectos también. Por esta razón, no se puede tener grandes extensiones de la hortaliza” y para evitar ataques se planta entre medio de otras verduras.
Las Gringas se caracteriza por la producción agroecológica. “Usamos nuestras propias semillas, somos autosustentables en la fabricación del abono con nuestros conejos, gallinas y los residuos de la chacra”, especificó Moroz.
Comercialización
En cuanto a la aceptación, el agricultor expuso que “lo van conociendo de a poco”. “El kale se empezó a incorporar más por aquellos que estaban enfermos y necesitaban consumir; es así que a medida de que esto se fue promoviendo se empezó a conocer”, dijo.
En cuanto al precio detalló que el mazo está $70 y los plantines $50 y el producto sólo se consigue a través de la página de Facebook de Las Gringas.