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Ayer sábado, en el primer día de un feriado prolongado, las playas brasileñas de la costa de São Paulo y Río de Janeiro tuvieron este sábado sol, aglomeraciones e irregularidades. Los bañistas ignoraron la prohibición de permanecer en la arena debido a la nueva pandemia de coronavirus.
UOL captó un escenario de fiscalización ineficiente e incumplimiento de las normas impuestas por las autoridades públicas en las playas de Guarujá (SP) y en las playas del sur de la capital del estado.
Ni siquiera el tiempo parcialmente nublado impidió que la gente colocara sus pareos en las arenas de la playa de Pitangueiras, en Guarujá, a pesar de la presencia de inspectores de la Administración y de la Guardia Municipal.
En la playa de Ipanema, en la zona sur de Río de Janeiro, UOL captó a cinco inspectores en la acera frente a la playa, donde los bañistas permanecían irregularmente en la arena. También había venta de bebidas alcohólicas, que todavía está prohibida en la ciudad.
Al inicio de la tarde de este sábado, más de 122 mil vehículos ya habían llegado a la costa paulista, según el Sistema Anchieta-Imigrantes, que realizó una campaña de sensibilización con motivo de la festividad, distribuyendo folletos y máscaras.
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En cada tramo de la playa de Pitangueiras, UOL encontró inspectores con panfletos para advertir sobre la importancia de usar tapabocas.
En la playa de Enseada no hubo inspección en la franja de arena. Además de la ausencia de barbijos, los residentes y turistas coparon la arena con sillas y sombrillas.
UOL captó el momento en que se ofrecían sillas de plástico a los que pasaban y otro estaba colocando una sombrilla cerca del mar. Algunas familias llevaban neveras portátiles con bebidas, lo que también está prohibido por el decreto.
La empresaria Marcela Carvalho, de 34 años, quien disfrutó del mar con su hijo, esperaba un movimiento aún mayor. “Esta es la primera vez que vamos a la playa después del inicio de la pandemia. Llegamos temprano, trajimos alcohol en gel para protegernos del virus. Y en cuanto la playa comience a llenarse mucho nos iremos”, dijo a UOL.
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La ciudad no establece multa por casos de incumplimiento de las medidas. Solo orientación y control, medidas insuficientes cuando la aglomeración se hizo más intensa, con partidos de voleibol y baños en el mar.
En las playas de Río de Janeiro solo se permite la venta de alimentos procesados. Se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas manipuladas o industrializadas y el alquiler de sillas y sombrillas.
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También se prohíbe a los bañistas permanecer en la arena, permitiéndose solo el baño de mar y los deportes individuales en el mar.
Según las fases 6A y 6B del plan de reanudación de la actividad económica, se permite la venta de vendedores ambulantes con puntos fijos o itinerantes, de 7 a 18 horas.
Fuente: Medios digitales