Vivimos en un planeta que tiene una gama infinita de colores, que nos acompañan, nos estimulan, y nos afectan mucho más de lo que creemos.
Ningún día es igual a otro, los que creen que siguen una rutina, no es así, pueden hablar de rutina si se refieren a la hora que suena el despertador, pero cada día tiene su propia magia , incluso su propio color, Osho decía que si miramos las cosas como si fuera la primera vez, todo va a ser nuevo siempre (se aplica a parejas y trabajo) así que les invito a mirar los colores con los que se despiertan cada día.
Hoy les voy a contar sobre las cosas simples y la magia que tiene cada momento desde que se levantan, todo el tiempo están en contacto con colores que ingieren, usan y otros que están ahí y no les dan importancia.
¿De qué color desayunan?, si es mate incorporan el verde, si desayunan café es marrón, jugos dependen de la fruta, observen de qué color es. Cuando ingieren alimentos en marrones no sólo sirve para despertar, también le están dando a su inconsciente ganas de trabajar con humildad y contención.
Si le agregan un jugo de naranja están estimulándose para empezar su día lleno de alegría y con entusiasmo. Hagan esto con cada cosa que ingieren si lo hacen de manera consciente están educando a su cerebro para recibir el color en su cuerpo.
Hay colores que nos acompañan todo el día, cuando estén muy cargados, saturados y necesiten un anti estrés natural y gratis, tienen dos opciones, (si el día está lindo) miren el cielo hay colores como el celeste o el blanco (nubes) que les va a generar inmensidad, infinito, tiene un efecto hipnótico.
La otra opción es mirar o tocar un árbol, ellos también cuentan historias, si pueden sentarse bajo la sombra de uno mejor, al igual que si lo abrazan, tiene un efecto de paz, descarga, y trasmutación, ellos cambian nuestra energía.
¡Así que consideren mirar para arriba al cielo o hacer cable a tierra con un árbol!. Para mí, la vida es magia incluso cuando estamos pasando por situaciones complicadas o difíciles.
Es importante conectarse, reír más, incluso con uno mismo y disfrutar del camino sabiendo que la vida son momentos fugases, que pueden encerrar eternidades y mejor todavía, tenemos de aliados a los colores que están ahí, sólo hay que saber usarlos.