Las manifestaciones se vienen sucediendo desde las controvertidas elecciones del 9 de agosto, en las que Lukashenko, en el poder desde 1994, se impuso con más del 80% de los votos, lo que fue rechazado por la oposición, cuya principal candidata, Sviatlana Tijanovskaya, se exilió en Lituania para evitar ser detenida.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12%. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.
A pesar de que las fuerzas de seguridad advirtieron que habrá represión las protestas no se detienen. Las redes sociales fueron el canal para difundir videos en los que se ve a los manifestantes con la bandera histórica -a franjas blanca, roja y blanca- y coreando “Bielorrusia vive” mientras avanzan por el centro de la capital.
Estas mismas imágenes muestran el despliegue de carros blindados en las calles, así como la detención de varios manifestantes.
La vocera del Ministerio del Interior bielorruso, Olga Chemodánova, en declaraciones a la agencia Sputnik, cifró en “centenares” el número de manifestantes detenidos durante la protesta de hoy.
“En todo el país fueron detenidos centenares de ciudadanos por participar en eventos masivos no autorizados; no sabemos el número final, planeamos anunciarlo la mañana del lunes“, dijo Chemodánova.
Según el portal Tut.by, “decenas de miles de personas” salieron a la calle en Minsk en ocasión del 29no día de protestas (la oposición la llama la Marcha de la Unidad) y otras protestas no autorizadas se registraron en las ciudades de Mogilev, Brest y Grodno.
Las autoridades no ocultaron su intención de usar la mano dura para controlar la situación. De hecho, el Ministerio del Interior advirtió a la gente del “paquete de medidas que serán aplicadas para prevenir acciones ilegales por parte de los manifestantes”.
“Los agentes de policía en Minsk están en estado de alerta. Para mantener la seguridad, la cantidad de escuadrones fue aumentado. La policía y las tropas del Ministerio del Interior emplearán una cantidad adicional de equipos especiales. Los bulevares de la ciudad permanecerán bloqueados durante todo el día”, explicó esa cartera en un comunicado.
En los primeros días que siguieron a la votación, los agentes de seguridad dispersaron con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras a los manifestantes que protestaban por un supuesto fraude electoral. Miles de personas fueron detenidas, centenares resultaron heridas y al menos tres fallecieron.
Las escenas de violencia cesaron en los días siguientes, pero las protestas continuaron y trascendieron de la calle a algunas cadenas de televisión públicas y compañías industriales, que se declararon en huelga.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales y por ello exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.
Svetlana Tijanovskaya, la principal dirigente opositora, pidió este viernes a Naciones Unidas enviar una misión de observación internacional a su país, tras casi un mes de protestas masivas y represión.
“Nosotros, el pueblo bielorruso, necesitamos la ayuda de Naciones Unidas para detener las flagrantes violaciones de Derechos Humanos y la cínica falta de respeto de la dignidad humana en medio de Europa“, aseguró la dirigente opositora en una intervención virtual ante el Consejo de Seguridad de la ONU, según la agencia de noticias DPA.
Sin embargo, existe dos potenciales obstáculos para el pedido de Tijanovskaya: Primero, el consejo de la ONU solo puede autorizar el envío de una misión con el apoyo del Gobierno del país, es decir de Lukansenko, y, segundo, su aliado, Rusia, tiene poder de veto para frenar esa o cualquier otra resolución que moleste a Minsk.
El canciller bielorruso, Vladimir Makei, aseguró el último miércoles, durante una visita a Moscú, que su Gobierno evitó “una revolución” en Minsk.
“Prevenimos un intento de una revolución de color en nuestro país“, sentenció Makei, durante su encuentro con su par ruso, Sergei Lavrov, en Moscú, según la cadena Euronews, en referencia a las revueltas populares pro occidentales de Ucrania, Georgia y Kirguistán, todas exrepúblicas soviéticas como Bielorrusia.
En contraposición se anota las reacción de Estados Unidos, cuyo Gobierno advirtió el último miércoles que está analizando imponer sanciones contra las autoridades de Bielorrusia responsables de reprimir las protestas que piden nuevas elecciones.
Putin interviene en Bielorrusia y acusa a Occidente de injerencia
Moscú, que ha denunciado la injerencia occidental desde el inicio de la crisis, intensificó su apoyo con la visita a Minsk el jueves de Mijaíl Mishustin. El primer ministro ruso no hizo grandes declaraciones pero su viaje fue el primero de este nivel desde el inicio de la crisis.
Vladimir Putin ya prometió enviar fuerzas rusas a Bielorrusia si las protestas se intensifican y está prevista una reunión con Lukashenko “en las próximas dos semanas”, según el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.
Lukashenko también parece dispuesto a hacer cualquier cosa para complacer a su vecino ruso, del que fue un aliado durante años, a veces turbulento. Durante su reunión con Mishustin, dijo que sus servicios habían interceptado una comunicación entre Berlín y Varsovia que demostraba que el envenenamiento del oponente ruso Alexéi Navalni, hospitalizado en Berlín, era una “falsificación” occidental para disuadir a Moscú de intervenir en Bielorrusia.
Fuente: Télam